Los rojillos completaron un partido muy serio con numerosas bajas en el campo de uno de los aspirantes al ascenso. Hubo momentos en los que el equipo pecó de amarrategui. No obstante, también es cierto que cuando tuvo que dar un paso adelante lo hizo, estando muy cerca de llevarse la victoria.
El Numancia sumó un buen punto el pasado sábado en casa del Real Ávila, tercer clasificado y equipo que en su estadio tan solo ha perdido un partido esta temporada. ¿Por qué considero que es un resultado positivo? Muy fácil. A pesar de que los de Aitor Calle fueron los únicos merecedores del triunfo por las ocasiones que generaron, la plaga de lesiones que arrastra el equipo dificulta cada partido.
Los rojillos no están pudiendo contar en este tramo de campaña con jugadores tan importantes como Dorronsoro, Gexan, Diego Royo, Góngora o Dieste. Además, a todos ellos hay que sumarles a Jony o Aitor Seguín, futbolistas que no están al 100%, pero que están ayudando al equipo en todo lo que pueden.
Ante esta situación, el técnico numantino se vio obligado el pasado fin de semana en tierras abulenses a jugar sin delantero centro. Alain Ribeiro ocupó esa posición (Jony salió en los últimos minutos). Por todo ello, hay que poner en valor los 29 puntos -mejor registro del cuadro numantino en los tres años que ha militado en Segunda RFEF- con los que cuenta la escuadra soriana en este tramo de la competición, situándose en la segunda posición de la tabla clasificatoria a tan solo una unidad del Pontevedra, actual líder del grupo.
Los rojillos salieron muy bien al encuentro. Sanchidrián, para mí el jugador más incisivo del combinado numantino durante los 90 minutos y el que más soluciones aportó en ataque, estuvo apunto de adelantar a los sorianos en los primeros minutos del encuentro. En esos compases iniciales, los de Aitor Calle presionaron en campo contrario y provocaron problemas en la zaga local.
Sin embargo, esa imagen se diluyó con el paso de los minutos. El Real Ávila empezó a dominar más el esférico, aunque sin acercarse a la portería de un Kuda que tuvo un duelo relativamente tranquilo. El entramado defensivo de los rojillos con Grande- De Frutos- Laso-Bonilla dio un paso adelante y completó un partido a mi parecer soberbio.
Desafortunadamente, el central de Aranda de Duero se tuvo que retirar tras sufrir un golpe en la cabeza. En su lugar, Moustapha, que volvió a estar imperial, ocupó su puesto el resto del partido.
Tras el paso por vestuarios, se mantuvo la tónica de un encuentro muy trabado con numerosas faltas e interrupciones. En cambio, todo cambio con la expulsión de Vitolo para el Real Ávila. El Numancia, que estuvo muy amarrategui en muchos momentos de la contienda (situación entendible por el contexto de partido en el que nos encontrábamos y por la cantidad de bajas), dio un paso al frente y fue decididamente a por los tres puntos. Sanchidrián gozó de dos ocasiones clarísimas que todos vimos dentro y que tan solo la mala puntería y los reflejos del arquero local evitaron que se convirtieran en gol.
En esa faceta ofensiva tampoco me quiero olvidar de un Teijeira que aglutina una calidad enorme en sus piernas. Sus pases filtrados y su visión de juego son una gozada para una categoría en la que apenas se observan destellos de calidad.
Con todo, se llegó a un final de partido que dio al Numancia un nuevo punto para acumular en su granero. Para mí, este choque sirvió para demostrar la madurez de un conjunto que no se achica, independientemente de las adversidades, y que compite todos los partidos hasta el final. ¡Hay que ser optimistas!