Este 2024 ha contado con 125 inscritos que no han querido perderse uno de los eventos marcados en rojo en el calendario prenavideño.
La Junta Gestora del Monte de la Sociedad del Conde de La Póveda de Soria organizó las X Jornada del Acebo, celebradas en este puente de diciembre en la localidad de La Póveda de Soria.
La Jornada ha tenido como objetivo dar a conocer el entorno del municipio y poner en valor lo que el medio rural posee a nivel paisajístico e histórico y las posibilidades que ofrece de desarrollar vías de aprovechamiento que redunden en la fijación de población y contra el abandono.
Una cita totalmente consolidada como lo confirman sus 10 ediciones y la importante presencia de participantes, 125 inscritos, que no han querido perderse uno de los eventos marcados en rojo en el calendario prenavideño.
Se ha llevado a cabo una salida al campo para la recolección de ramilla y posterior taller de elaboración de elementos decorativos vinculados al acebo, taller infantil de reciclaje y acebo y finalizando con la actuación del grupo soriano “Los Pizarros” y chocolatada popular.
Cabe recordar que La Póveda cuenta con los acebales, un ecosistema único silvopastoril de gran valor ecológico, paisajístico y ganadero.
El acebo es uno de los símbolos universales del invierno y la Navidad, y también uno de los árboles o arbustos más explotados en estas fechas, de ahí la importancia de su conservación y los beneficios de la poda controlada de los mismos.
Mezclada con otras especies de gran valor, como el tejo, o en pequeños rodales, el acebo se extiende por los bosques de La Póveda de Soria.
Introducirte en sus “cuadras” o “sestiles” nos permite descubrir parte del encanto de estos bosques tan singulares.
Cuando nieva, como lo ha hecho en estos días, las acebedas sirven de refugios cálidos, con varios grados más de temperatura que el monte de frondosas, en un efecto de iglú hospitalario que la fauna montaraz agradece.
El valor del acebo en la conservación y la ecología va más allá de su belleza, el acebo es una especie clave en los ecosistemas donde habita. Es un refugio importante para muchas especies de aves que se alimentan de sus bayas durante el invierno, cuando otros recursos escasean. Además, su follaje denso proporciona un lugar seguro para anidar. Sus frutos, las bellas bolas rojas que medran en los ejemplares hembra, son consumidos por muchas especies, sobre todo aves como la paloma torcaz, el arrendajo, el mirlo, el petirrojo, los carboneros y los zorzales común y alirrojo. Los caídos en el suelo son buscados por mamíferos, desde el zorro, el tejón y la marta al topillo rojo y el ratón de campo. Las hojas son ingeridas por todo tipo de rumiantes, desde domésticos vacas, ovejas y cabras, a silvestres, corzos y ciervos, además de servir de dieta inverniza a especies como las liebres.
El uso del acebo como planta decorativa no es un invento reciente. Tanto los romanos como los celtas utilizaban esta planta siglos antes de la Navidad. Para los celtas, el acebo representaba la prosperidad y la fortaleza. Creían que sus espinas y bayas rojas ayudaban a proteger los hogares de malos espíritus. Durante el solsticio de invierno, colgaban ramas de acebo en sus casas como símbolo de renacimiento y renovación.
Con el tiempo, estas tradiciones se incorporaron a las celebraciones navideñas cristianas.
Los acebos que, invierno tras invierno, se visten con sus singulares bayas rojas, convierten a los acebales en paisajes de cuento.