Se ha actuado en tres tramos del recinto amurallado para mejorar la seguridad y la conservación de este conjunto histórico-artístico nacional.
A través de la Dirección General del Patrimonio del Estado del Ministerio de Hacienda, han sido concluidas las obras de consolidación y restauración final del recinto amurallado de Calatañazor. Esta mañana de miércoles, el subdelegado del Gobierno, Miguel Latorre, ha asistido al acto de recepción las obras. Esta actuación ha tenido un coste de 278.670 euros. La empresa adjudicataria fue Rehabisoria, Rehabilitaciones y Construcción de Obras y Monumentos, SL.
Esta intervención permite mejorar la seguridad y las condiciones para la adecuada conservación y mantenimiento del conjunto que forman el castillo y el recinto amurallado. Los trabajos que se han ejecutado son de consolidación y restauración para reparar las deficiencias y daños existentes en tres tramos de este recinto, concretamente la confluencia de los tramos denominados T9 y T10, y la cara interior de la muralla entre los tramos T3-T5 y T6-T8.
La falta de cerramiento en los sitios transitados y los desprendimientos que se producen en la hoja interior de la muralla en la zona noreste del recinto han hecho necesaria la intervención debido al peligro que esto representaba.
Asimismo, las pérdidas de material pétreo en la cara interior de los tramos hacen difícil su mantenimiento. Estas zonas quedan más expuestos a daños por la entrada de agua y la presencia de la vegetación, por lo que van perdiendo entidad con el tiempo.
El criterio de reconstrucción elegido en este proyecto ha continuado con lo realizado en la última intervención. Los materiales son la piedra y el mortero de cal, de dimensiones y aspecto similar a los sillarejos que se han utilizado tradicionalmente en la construcción de este recinto y que han acabado en parte arrancados para realizar las construcciones de la misma villa, que han utilizado en muchos casos las murallas como cantera de piedra.
En todos los tramos de mampostería que se han reconstruido se ha procurado evitar el acabado lineal de las coronaciones. La mampostería añadida se ha terminado de un modo irregular y así se ha mantenido la sensación de ‘muralla rota’. Realmente se desconoce la altura y remates originales de forma precisa.