El Numancia dejó escapar ayer dos puntos en su visita al Langreo. Tras un partido muy pobre por parte de ambos contendientes, los sorianos se lanzaron a por la victoria en los últimos minutos con varias ocasiones claras. ¿Qué hubiera pasado si los rojillos hubieran mostrado esa versión antes?
Nuevo traspiés en la pelea por el ascenso directo para el Numancia. Los rojillos perdieron una oportunidad de oro para continuar en lo más alto de la clasificación al empatar a cero frente al Langreo en un partido muy pobre de ambas escuadras. A pesar de que el único que mereció vencer fue el conjunto de Aitor Calle, las ocasiones llegaron demasiado tarde.
La primera parte del choque apenas contó con oportunidades con dos equipos muy planos que tenían dificultades para acercarse al área contraria. En ese sentido, los rojillos echaron mucho de menos a Cristian Delgado. El mediocentro, que lleva varias semanas de baja, es una pieza clave en el once numantino. Su recorrido y su visión de juego son esenciales para conectar el centro del campo con la delantera. La ausencia de Alain Ribeiro también se notó en la zona de tres cuartos.
Con esa falta de creatividad, los sorianos tan solo causaron peligro a través del balón parado y de un Bonilla que sigue siendo diferencial. Las únicas ocasiones de estos primeros 45 minutos vinieron tras dos saques de esquina que remataron Mendibe y Danese. Por cierto, hablando de los centrales, su partido fue muy correcto, mostrándose muy contundentes y alejando todos los fantasmas de la pasada semana.
De esa forma, se llegó a un descanso que no les vino del todo bien a los visitantes. Los asturianos tuvieron sus únicas ocasiones en esos minutos, aunque sin inquietar del todo a un Kudakovskiy que tuvo una tarde muy tranquila. Tras ese arranque, el partido continúo con la misma dinámica: 0 acercamientos. Los atacantes rojillos apenas crearon peligro, a pesar de la pólvora que acumulo arriba Aitor Calle. A ese respecto, cabe mencionar que Carlos González fue titular por primera vez en esta segunda etapa en el Numancia. Aunque lo intentó, con una buena acción que terminó con un disparo que salió rozando la escuadra, y se le vio con ganas, todavía le falta amoldarse a sus nuevos compañeros.
Sin embargo, cuando todo parecía indicar que nos dirigíamos hacia un empate soporífero, los cambios de los rojillos reactivaron a un equipo que se lanzó al ataque en busca de los tres puntos. Con Marc Fuentes, Jony y Dani Fernández, los numantinos se mostraron mucho más verticales, generando ocasiones. Precisamente, el último de ellos, gozó de una clarísima en un mano a mano que se marchó desviado. El papel del ariete de Arcos de Jalón en este tipo de encuentros, con equipos encerrados atrás, es fundamental para romper a la espalda de la defensa rival y para generar huecos -aspectos que faltaron ayer-.
Por otro lado, también hay que valorar la actuación de un colegiado que tomó decisiones bastantes controvertidas. No obstante, más que cuestionar al árbitro, hay que poner el foco en la RFEF. Es muy difícil de entender que el encargado de designar los arbitrajes no tenga en cuenta que el Numancia es el máximo rival del Pontevedra para subir de forma directa a Primera RFEF, poniendo a un árbitro pontevedrés a dirigir esta contienda. Es muy fácil acabar con cualquier debate, evitando estas situaciones a unas alturas de la temporada en la que está todo en juego.
Con todo ello, el Numancia debe ser consciente de que con un arreón de 15 minutos no sirve en muchas ocasiones. Si el equipo hubiera mostrado la misma versión durante todo el partido, el resultado podría haber sido otro muy diferente. No queda otra que seguir trabajando para recuperar un liderato que tan solo se encuentra a dos puntos. Tampoco hay que ser catastrofistas. Se está a tiempo de todo y los de Aitor Calle han demostrado en más de una ocasión que están capacitados para llevarse el gran premio a final del curso.
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