La Vaca Romera, la Vaca Berrenda, los burreros, los zarramacos y los mozos y mozas del pueblo recorrerán las calles de Espejón el próximo 1 de marzo, en una jornada llena de tradición, música y resurgimiento.
La localidad pinariega de Espejón revive este 2025 su antiguo carnaval, una tradición que llevaba más de nueve décadas sin celebrarse. Aunque la salida de la Vaca Romera y la costumbre de recorrer las casas pidiendo el “Churi-Churi” han perdurado con el tiempo, otras manifestaciones, como la aparición de los zarramacos, los burreros y los trajes tradicionales de mozos y mozas, quedaron en el olvido tras el estallido de la Guerra Civil. Ahora, el pueblo se prepara para recuperar esta festividad cargada de historia y simbolismo.
El próximo 1 de marzo, Espejón volverá a llenarse de color y tradición con la presencia de dos figuras emblemáticas del carnaval: la Vaca Romera y la Vaca Berrenda. Según ha explicado Eliseo Ovejero, vecino de la localidad y encargado de restaurarlas, mientras que la primera ha seguido saliendo a las calles cada año, la segunda dejó de aparecer tras el estallido de la Guerra Civil y la llegada del franquismo y nunca más volvió a desfilar.
La Vaca Berrenda es una estructura de madera y metal, recubierta con una manta de lana en tonos negro, blanco o una combinación de negro y marrón, simulando el aspecto de una vaca berrenda real. En su interior, un mozo del pueblo la guía con el objetivo de asustar a los asistentes.
Por su parte, la Vaca Romera es otra estructura similar, pero cubierta con tela de saco de color marrón entreperlado. Al igual que la Berrenda, es transportada por un mozo, quien se encarga de sorprender al público.
La festividad contará con la participación de numerosos personajes tradicionales. Los mozos vestirán camisa y pantalón blancos, pañuelo cruzado y cinchas de colores en los antebrazos, además de portar máscaras pintadas decoradas con hojas y palos, confeccionadas por Ana Rica, trabajadora del Centro de Recepción de Visitantes de Espejón.
Las mozas, por su parte, lucirán los trajes regionales de serrana y mantones de Manila, manteniendo la estética tradicional de la celebración.
El resto del pueblo y todos aquellos que deseen unirse a la fiesta vestirán de zarramacos, un atuendo que consiste en llevar la ropa más vieja y sucia que se tenga en casa. Además, portarán máscaras aterradoras con el fin de asustar a los asistentes.
Según relatan los mayores del pueblo, en el pasado los jóvenes acudían a Oceca, un paraje situado entre Espejón y la vecina localidad burgalesa de Huerta de Rey, en busca de vísceras y otras partes de animales muertos. Estos restos se incorporaban al disfraz o se ensartaban en palos para aumentar el efecto intimidante de los personajes carnavalescos.
El impulso para recuperar esta tradición partió de Jesús López Alcalde, oriundo de Espejón, quien contactó con la alcaldesa, Rosana Ovejero, para poner en marcha el proyecto. Contaron con la colaboración de numerosos vecinos, entre ellos Saturnino Pascual, quien aportó recuerdos sobre cómo se celebraba el carnaval antes de la Guerra Civil.
En diciembre, se celebró una reunión en la que se explicó la historia del carnaval y se solicitó la colaboración de los habitantes, especialmente de los mozos y mozas. Con el respaldo del pueblo, comenzó la búsqueda de los atuendos y elementos tradicionales para la celebración.
La recuperación del carnaval no solo representa un hito histórico, sino que también podría marcar el inicio del calendario festivo de Espejón, con mozos, mozas y alcaldes de mozos como protagonistas de la celebración.
Por la mañana, a las 12:00, los mozos y mozas se concentrarán en la plaza del pueblo. Los alcaldes de mozos vestirán capas castellanas y gorro tradicional, mientras que el resto de los mozos llevarán boinas de ganadero. Las mozas lucirán mantones de Manila. Tras el recibimiento de la alcaldesa, comenzará el aguinaldo de Marzas, recorriendo las calles del pueblo junto a los gaiteros de Hacinas (Burgos). Este pasacalles durará hasta las 14:00.
Por la tarde, a las 17:00, el carnaval tomará su máxima expresión con la participación de todo el pueblo. Los mozos y mozas saldrán del salón del Ayuntamiento (Plaza del pueblo) ataviados con sus respectivos atuendos. Los mozos vestirán de blanco con máscara, mientras que las mozas lucirán el traje regional castellano.
En la calle, se encontrarán con los zarramacos, que completarán la comitiva junto con las Vacas Berrenda y Romera, portadas por dos mozos. Acompañados de dulzaineros, recorrerán el pueblo hasta regresar al Ayuntamiento, donde se ofrecerán dulces tradicionales elaborados por las mujeres del pueblo. Además también se llevará a cabo un concurso de fotografía, cuyos ganadores serán revelados en la Semana Cultural en agosoto de 2025.
Tras tantos años de ausencia, Espejón revive su carnaval con la implicación de pequeños, jóvenes y mayores, en un esfuerzo conjunto por mantener vivas las tradiciones que marcaron la historia del pueblo. Gracias a la colaboración y entusiasmo de varias generaciones, esta fiesta vuelve a celebrarse con la esperanza de consolidarse en los próximos años. Lo que en su día fue una celebración truncada por la guerra, hoy se convierte en un símbolo de unión y orgullo para Espejón, donde el pasado se entrelaza con el presente para asegurar que esta costumbre perdure en el futuro.