El largometraje, protagonizado por Adrien Brody, muestra la vida de un arquitecto judío, que, tras sobrevivir al Holocausto, busca el sueño americano como arquitecto brutalista. Soria cuenta con reliquias del movimiento sobre el que se basa el filme.
Con 10 nominaciones, 'The Brutalist', dirigida por Brady Corbet, fue una de las grandes protagonistas la pasada madrugada durante la gala de los premios Óscar. Nominada a mejor película, mejor director o mejor guion original, entre otros, logró llevarse 3 estatuillas: mejor actor, para Adrien Brody; mejor fotografía, para Lol Crawley; y mejor banda sonora, para Daniel Blumberg. El largometraje narra la vida de László Tóth, representado por Adrien Brody, un judío nacido en Hungría, que sobrevive al Holocausto y persigue el sueño americano en Estados Unidos como arquitecto brutalista.
Y esta corriente arquitectónica, el brutalismo, tiene presencia en Soria con diferentes construcciones de envergadura. Un movimiento de la era de la posguerra, caracterizado por construcciones minimalistas, con materiales como el hormigón o el ladrillo vistos, aunque también recurre al acero, a la madera y al vidrio. Sus autores utilizan formas geométricas angulares y una paleta de colores monocromáticas para crear estos edificios. Algunos ejemplos que encontramos en la capital son la iglesia del Salvador, el 'puente de Hierro' sobre el río Duero, 'El Búnker', el edificio de la Gerencia de Salud de Área del Paseo del Espolón y el antiguo estadio de 'Los Pajaritos'.
La iglesia del Salvador de Soria, ubicada en la Calle de Santa María, fue reconstruida en 1967. Sobre un edificio románico, los arquitectos Franciso Bellosillo García, Juan María Bellosillo García y Luis Jiménez Fernández dieron la forma actual a este templo tras un encargo de la Diócesis de Osma-Soria. De esta obra sobresale su fábrica de hormigón y la amplitud de su única nave, destacando los relieves abstractos que representan a los Cuatro Evangelistas, trabajo de Joaquín Vaquero Turcios.
El 'puente de Hierro' es otro de los monumentos brutalistas de la capital. Se sitúa en el sureste de la ciudad, atravesando el Duero en las cercanías de Soto Playa. Construido en 1929, formaba parte de la sección Soria-Calatayud, del ferrocarril Santander-Mediterráneo, y fue empleado posteriormente por la línea Soria-Castejón. Esta estructura tiene 10 metros de altura y 70 de luz, y para su construcción se utilizaron 360 toneladas de hierro, con este material y el hormigón como protagonistas. En la actualidad es un atractivo turístico, decorado con luces led en tonalidades azul y blanco frío.
'El Búnker' es una de las edificaciones más singulares y representativas del movimiento en Soria. Ubicado en la plaza Odón Alonso, 'El Búnker' es un edificio residencial que tiene cerca de 100 viviendas. Fue construido por la empresa 'Hermanos Gallardo' e inaugurado en 1974. Tiene una altura de 34 metros, dominando el cielo soriano, y una superficie de 13.500 metros cuadrados, para la que se emplearon 4.500 metros cúbicos de hormigón. No puede haber un edificio más brutalista en la capital: su fachada gris, de hormigón, y las formas geométricas que predominan en la construcción, son pruebas de ello.
Destaca el estilo brutalista de la Gerencia de Salud de Área del Paseo del Espolón, junto a la Alameda de Cervantes. Fue levantada en el año 1970 por Ignacio Cabrerizo. En su cimentación destaca el empleo de prefabricados de hormigón a lo largo de toda la fachada, siendo una de los edificios más significativos de la corriente arquitectónica en la capital.
El Estadio Municipal de Deporte 'Los Pajaritos', conocido como el antiguo estadio de 'Los Pajaritos', es otra muestra más de este movimiento. Se encuentra junto al nuevo estadio del CD Numancia, que también lleva el nombre de 'Los Pajaritos', en la calle Universidad. En su fachada predominan los tonos grises, ya que, tanto esta como la única grada con la que cuenta, están hechas de hormigón y ladrillo visto. Ese gris lo rompen las diferentes estructuras de hierro y otros metales que aparecen a lo largo de la misma, pintados de amarillo y de verde. Inaugurado en 1992, cuenta con diferentes instalaciones para realizar actividades relacionadas con el atletismo y un campo de fútbol, donde entrena el CD Numancia.
Los monumentos brutalistas de Soria y 'The Brutalist' somparten un mismo lenguaje: el del hormigón como símbolo de resistencia y memoria. Ambos demuestran que el brutalismo es más que un estilo arquitectónico: es una declaración de principios.