El equipo, que venía de disputar el mejor encuentro de la temporada ante el Salamanca, apenas generó ocasiones frente al Marino de Luanco. Es fundamental que el conjunto soriano vuelva cuánto antes a la línea de hace siete días para llegar el encuentro frente al Pontevedra con opciones de todo. ¡Calma! La escuadra de Aitor Calle ha demostrado que está capacitada para ello.
El Numancia tiene dos caras. Después de completar hace siete días uno de los mejores partidos del curso frente al Salamanca C.F., los de Aitor Calle perdieron ayer frente al Marino de Luanco por 1-0 en un encuentro en el que apenas generaron ocasiones y en el que no estuvieron cómodos en ningún momento.
Esta versión numantina ya se ha visto en otros momentos de la temporada en terrenos de juego de este tipo. Sin embargo, hay que continuar confiando en una escuadra que ha dado motivos suficientes para ello. Lo de esta jornada ha sido un batacazo duro. Sin embargo, el conjunto rojillo está a tiempo de todo. Vayamos con el análisis.
Aunque los sorianos empezaron bien, gozando Jony de una ocasión muy clara, tras un pase filtrado de Carlos González, que cada día está mejor, el ataque soriano se desvaneció por completo con el paso de los minutos. En ese sentido, me gustaría hacer hincapié en que los numantinos están echando mucho de menos a Cristian Delgado y Alain Ribeiro. Mientras que el de Algeciras es el encargado de conectar la medular con el ataque, siendo un auténtico pulmón, el mediapunta es pieza clave para dar sentido al fútbol numantino en tres cuartos de campo, filtrando balones y finalizando jugadas.
No obstante, tampoco puede servir de excusa para lo visto en el partido de ayer, ya que, sin ir más lejos, la semana pasada los sorianos completaron un choque casi perfecto sin ellos dos sobre el terreno de juego. Con el paso de los minutos, los asturianos fueron subiendo prestaciones y gozando de los acercamientos más claros del enfrentamiento. Aunque no estuvieron acertados, estos se llevaron el gato al agua tras un penalti en el que Kuda acertó la dirección, pero en el que no pudo llegar al balón.
Tras el paso por vestuarios, la dinámica del encuentro no cambió. Mientras que los visitantes abusaban mucho del juego directo, en busca de un Jony que estaba en punta, los locales tenían las más claras. En esos compases finales, pudieron ampliar la ventaja con un disparo que golpeó en el palo cuando la afición ya gritaba el gol y con un rechace que detuvo Kuda con una gran intervención.
Durante esos instantes, los rojillos echaron en falta la velocidad de Góngora y Sanchidrián, jugadores que aportan mucho al equipo, pero que ayer, como la gran mayoría, no tuvieron su día en tierras asturianas. De esa forma, se llegó al final de un partido que demostró al Numancia lo que no tiene que volver a hacer si quiere conseguir el primer puesto de la tabla y ascender directamente.
No hay que ser dramáticos ni agoreros, hay que ser realistas. El equipo no tuvo su día ayer, disputando un partido muy flojo en todas las facetas, pero sigue a tiempo de todo. En estos momentos, el Pontevedra tan solo tiene dos puntos más que ellos en la lucha por subir a Primera RFEF. Para seguir en disposición de aspirar a lo más alto, los de Aitor Calle deben volver a su esencia, mostrándose como un conjunto dominador, con capacidad para generar ocasiones y solventes atrás -ayer se vieron varios fallos en la salida de balón que pudieron costar caros-.
Con todo ello, borrón y cuenta nueva. Es esencial sumar de tres la próxima semana delante de la afición para llegar a Pasarón con las espadas en todo lo alto.
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