El alcalde, Iván Aparicio, pide precaución a peatones y conductores. Reclama también un puente "alternativo y del siglo XXI" para "evitar situaciones como la que están viviendo nuestros vecinos".
El derrumbe de parte del puente medieval sobre el que transcurre la N-110 no solo afecta a San Esteban de Gormaz y todas sus pedanías. Pueblos vecinos están sufriendo las consecuencias del colapso de una infraestructura esencial que conectaba Soria con Segovia y Madrid.
En Langa de Duero el aumento del tráfico rodado es un hecho. El desvío se hace por esta localidad y "ahora coches y camiones atraviesan nuestro núcleo constantemente y de forma completa", explica el alcalde, Iván Aparicio. 40 vehículos pesados circularon la mañana del lunes por las, hasta ahora, tranquilas calles de la localidad ribereña lo que lleva al regidor a pedir "precaución" a "peatones y conductores".
El Ayuntamiento ha publicado este llamamiento a la prudencia en todas sus redes sociales porque "queremos evitar males mayores". También se intenta concienciar a los vecinos de que, durante las próximas semanas, será necesaria una buena dosis extra de paciencia. "Los coches no son un problema, pero hay varias zonas críticas y estrechas donde dos camiones en dirección opuesta no pasan", explica el primer edil.
Aparicio confía en que la visita del cuerpo de Pontoneros se traduzca en una solución provisional a corto plazo, pero insiste en que "debemos trabajar entre todos para acortar los tiempos". Con la vista puesta en el futuro, el alcalde de Langa de Duero reclama para su pueblo la misma solución que están pidiendo en San Esteban de Gormaz.
"Queremos otro puente, uno alternativo al que ahora usamos para cruzar el Duero, de época medieval", refiere el regidor. Reconoce "el esfuerzo" de la Diputación Provincial, que invirtió 1 millón de euros durante la anterior legislatura para reforzar esta infraestructura, pero considera que "nos merecemos algo propio de los tiempos que corren y que aguante el paso de camiones de 40 toneladas". "Los puentes medievales deberían quedar solo para peatones y servir como atractivo turístico", añade Aparicio.