El Pontevedra ha protagonizado un espectáculo dantesco impropio de su categoría. Polémicas arbitrales, tanganas y hasta una intervención de la Policía Nacional han protagonizado este encuentro decisivo en las aspiraciones de cada equipo en la categoría.
Después de ver este encuentro, uno se pregunta muchas cosas. En lo futbolístico, ha sido un gran encuentro, con un Numancia muy atrevido en la segunda mitad buscando el gol. Pero es difícil quedarse con los detalles deportivos de un espectáculo que no se ajusta para nada a lo que es la Segunda Federación. Los errores arbitrales, los encontronazos y la aparición de la Policía Nacional han eclipsado lo que debería ser la gran fiesta del fútbol.
La primera gran polémica ha llegado con el gol del Pontevedra. Dalisson ha anotado para los locales, un gol en el que el fuera de juego del atacante del club gallego era más que evidente. Lo sorprendente es que el línea, que estaba encima de la jugada, no ha visto la infracción. El gol ha subido al marcador, un gol que ha servido al Pontevedra para llevarse el encuentro y afianzarse en el liderato.
Pero la polémica no se ha quedado ahí. El encuentro ha continuado, el Numancia se ha volcado en el ataque, aunque sin fortuna, y en los últimos minutos las tanganas y el acoso continuado de Yago Iglesias al línea han sido la tónica dominante. Pero no se queda todo ahí: en una jugada de fantasía de Góngora por la banda izquierda, en la que ha sorteado a 3 rivales y se encaminaba a generar una ocasión clara de gol, un jugador del Pontevedra que estaba en el banquillo ha cortado al atacante. Algo increíble. Algo que ha arruinado la experiencia de todos los sorianos desplazados a la localidad gallega. Pasarón ha sido testigo de un escándalo de época en la categoría.
Pero este bochornoso espectáculo no ha terminado con esa situación. La ira del banquillo del Numancia ha sido tan incontenible que, en busca de explicaciones, ha buscado a los miembros del banquillo local. Esto ha derivado en una nueva tangana en la que De Frutos ha terminado por los suelos y, para evitar que la trifulca fuera a más, han tenido que intervenir los miembros de la Policía Nacional desplazados al estadio. ¿La solución del colegiado? Repartir dos tarjetas rojas, una para cada banquillo.
¿Es este el ambiente que se desea en un partido de Segunda Federación? ¿Es el partido que se merecían vivir todos los desplazados desde Soria? No hay duda de que ha sido un encuentro bochornoso. Empañado por las polémicas arbitrales y las disputas extradeportivas.