Este pueblo de 30 habitantes de Soria se traslada a Asturias por unas horas con una gran cachopada
Una vez al mes realizan una jornada gastronómica con el objetivo de juntarse y darle vida a la localidad.
Numerosos pueblos sorianos luchan contra la despoblación tirando de originalidad y de imaginación. Aldea de San Esteban es uno de ellos. Con apenas 26 habitantes censados, su consejo vecinal organiza una vez al mes una jornada gastronómica con el objetivo de juntarse. En ese sentido, la vocal de la asociación, Silvia Castro, destaca que es fundamental darle vida a esta localidad durante todo el año, "no solo en las fiestas de verano".
Tras llevar a cabo actividades en las que el cocido o la comida marroquí fueron los protagonistas, este sábado les ha tocado el turno a los cachopos asturianos. Castro es la culpable, ya que procede de esa zona del país. Desde primera hora de la mañana, esta apasionada de su pueblo ha preparado en su casa estos productos gastronómicos tan deliciosos junto a su familia, siguiendo la receta tradicional. "Normalmente los hacemos en el bar. En este caso, he decidido montarlos en casa para tan solo tener que freírlos allí", explica.
Cuidando hasta el más mínimo detalle para que los 30 comensales se trasladen por unos momentos a Asturias, esta ha cocinado unos cachopos que han ido acompañados de patatas fritas, pimientos del piquillo y empanadas de atún. A todo ello, se le suma una salsa de queso de cabrales que da el toque diferencial a la comida.
Asimismo, la propulsora de esta iniciativa no se ha conformado con los cachopos y también ha llevado sidra para que todos los presentes en Aldea de San Esteban pudieran brindar por esta reunión tan apetitosa. Además, de postre han preparado un arroz con leche para poner el broche de oro a esta jornada. "Con el día que hace apetece un menú rico como este", indica.
Tras esta cachopada, el consejo ya piensa en próximas iniciativas para seguir fomentando la vida en su pueblo: "Ojalá podamos seguir disfrutando de días como este". De esta manera, con cachopos e ingeniosas citas gastronómicas, este pueblo de Soria de tan solo 26 vecinos lucha contra la despoblación.