Rehenes de ellos mismos: ¿Hacia dónde van los medios sorianos?

La gente habla por los medios. “El periodismo no es importante hasta que lo hacemos fatal. Y entonces sí que somos relevantes, porque la montamos parda y se hace notar la responsabilidad de los medios de comunicación. Esa es nuestra importancia en la sociedad actual”, asevera la periodista Esther Guerrero.

El semanario Noticiero de Soria sí tenía claro cuál era su razón de existir. El 5 de diciembre de 1906, en un artículo-editorial titulado ‘Así nació’, decía que “(...) Venimos con el deseo ardiente de aunar fuerzas (...) en pro del progreso de esta provincia desvalida, tan aislada del tráfico y desenvolvimiento social (...) y que sin embargo tanto merece, a tanto tiene derecho y tanto, en fin, habrá que otorgárselo en no lejanos días de reparación”. Un deseo, una denuncia y una reivindicación que, tristemente, no nos resultan ajenas mas de un siglo después.

Por su parte, otro veterano periodista soriano, José Luis Bravo, cree que “a estas alturas, los medios tradicionales empiezan a ser residuales. Han perdido parte de su esencia. Tengo el convencimiento de que están en vías de desaparición”. Dice que se ha descafeinado la información. Y una de la causas es que “en Soria hay casi tantos periodistas institucionales o corporativos como los que hay en los medios”, subraya.

Ni los propios medios sorianos saben hacia dónde van -vamos-, condicionados por una sociedad digitalizada, de redes sociales y de consumos rápidos. Son reflejo y rehenes de las demandas y de las ‘almas’ de sus propios ciudadanos ,según los dos veteranos periodistas.

¿Qué quieren los ciudadanos de Soria de hoy? Pues hacia ahí irán los medios en una provincia “más desmovilizada, cansada, defraudada y desmotivada”. “Siempre llegamos tarde a los trenes”, lamenta Esther. “Yo creo que estamos marcados por la herencia de la despoblación, una maldición histórica”, sentencia José Luis.

El reto de reinventarse sin perder su esencia

He querido empezar esta serie de ‘Charlas a 2’ de Soria Noticias hablando de nosotros mismos, es decir, de los medios sorianos, de su función en la sociedad de hoy, de hacia dónde vamos. Y la primera conclusión es clara para los periodistas Esther Guerrero y José Luis Bravo: “No lo saben muy bien”. Deben reinventarse, aseguran.

“Hay grandes incógnitas como la inteligencia artificial y se desconoce aún cómo va a repercutir. Por otra parte, las redes sociales ya sabemos hacia dónde están yendo. Son un gallinero, un patio de vecinos, un peligro. No se sabe lo que es verdad y nos abruman de información. Y hasta los medios convencionales replican en ellas sus noticias”, dice Esther Guerrero.

A su vez, José Luis Bravo piensa que “los medios tradicionales empiezan a ser ya residuales. Tengo el convencimiento de que están en vías de desaparición”. Cree que es una cuestión económica, de costes. “Hay una dependencia enorme de los anunciantes que, últimamente -principalmente- son las instituciones, y que no sale gratis. Ahora no puedes perder ningún anunciante. Hay una información más descafeinada, más dirigida y manipulada. Es una denuncia que quiero hacer”, remarca. Si bien, Esther recuerda que siempre se ha utilizado el dinero público para propiciar “un altavoz particular”. Pero José Luis insiste. Los llamados medios convencionales “han perdido parte de su principal esencia”.

“Hay pocas empresas de comunicación sorianas que hayan crecido. Al contrario, se van reduciendo. Hay algún medio que solo tiene una persona que se encarga de todo. Parece difícil que pueda, ya no buscar información propia, sino simplemente ir a una rueda de prensa. En Soria, hay casi tantos periodistas de medios como institucionales o corporativos. Estos mandan notas, audios, imágenes. Todo bien preparado. Eso sí, una información a la medida de quien la elabora. Y la noticia es igual en todos los medios, las mismas palabras. Copiar y pegar”, valora. Esther remarca que los medios son el reflejo de la sociedad, a la que se debe. Ahora todo es de usar y tirar, rápido. La ropa, la comida…Y la información se está convirtiendo en eso.

“Creo que nosotros somos de una generación de Soria más reflexiva, movilizada, más sensibilizada con las cuestiones públicas y sociales. Donde había asociaciones de vecinos muy cañeras. Somos de los inicios de la plataforma Soria ¡Ya!, de las grandes manifestaciones a favor del tren con la Plataforma del Ferrocarril”, estima Esther.

Una circunstancia que corrobora José Luis, que dice que “hemos pasado a una información de urgencia, superficial, de redes, sin verificación. En todos los grupos de whatsapp que tenemos por ahí hay alguien que manda cosas curiosas, llamativas, aparentemente fascinantes y que son mentira en no pocas ocasiones. Y cansa mucho estar desmintiendo y rechazando informaciones, hay que dedicarle mucho tiempo”. Y da igual que lo que se mostrara en la imagen de Google del presunto asesino de Tajueco fuese un saco de piñas y no un cadáver, añade. Hasta una chirigota de Cádiz ha sacado una coplilla. “A ver cómo se desmiente eso…”, apuntilla José Luis.

Para describir lo que cree que debe ser el periodismo, Esther recuerda que el director del Diario de Navarra, José Javier Uranga, le dijo que si traza una raya en el suelo y pone un pie a cada lado, puede mover la cintura a un lado o a otro, según circunstancias o intereses del momento, pero jamás hay que mover los pies. “Siempre he intentado trabajar así”, asegura. Entonces se aludía más a las ‘rayas’ de las presiones políticas o económicas, pero ahora puede incluirse -además- el propio concepto de periodismo, con la aparición de nuevas maneras digitales de comunicar. “Igual ha cambiado la realidad en la que trabajan los medios”, matiza.

Para los dos contertulios de esta charla, los contenidos informativos que interesan son otros ahora. No están, con la intensidad de antes, los grandes debates “estructurales” sobre Soria. Había un interés más activo y profundo sobre la Soria que queremos, más preocupación. Quizás esta opinión no la compartan los jóvenes, reconocen, pero lo sienten así. Aunque también está que los periodistas, “los de nuestra generación, sentíamos que teníamos que ser los salvapatrias y tampoco eso es así. Los periodistas somos unos ciudadanos más”, reflexiona Esther. “Se han perdido un poco las expectativas que ofrecen los medios, en cuanto a Soria, muy estrangulada y en una deriva”, considera José Luis.

Al final, resulta imposible hablar de medios sin apelar a la política. Están condenados a ir de la mano. “Cuantos menos habitantes, menos votos. Cuantos menos votos, menos atención, menos inversiones, etcétera, etcétera. Total, los dos diputados en la provincia de Soria significan muy poco en unas elecciones generales… Es la maldición histórica de la despoblación de Soria, desde la Edad Media”, sentencia José Luis. Dos asuntos -esenciales para el futuro y desarrollo de la provincia- remueven de las sillas del Casino de Soria, donde estamos, a Esther y José Luis. Una ordenación territorial de España y Castilla y León recurrente desde la llegada de la democracia que nunca se realiza; y que los políticos se dejen de falsos e incumplidos planes especiales para la provincia con los que lavan sus conciencias. [Charlaremos más de todo esto].

“La principal dificultad de las empresas de comunicación y del periodista… No lo voy a decir, bueno sí, lo voy a decir, es la supervivencia. Llegar a fin de mes y cobrar el sueldo. Si te metes en un lío de información y si te pasas, sartenazo y te quedas fuera. Me refiero a los medios tradicionales, que son los que ofrecen una información fiable a la sociedad. Son empresas que no cuentan con recursos suficientes o están en otras cosas que les reporta más difusión”. Así de crudo lo ve José Luis.

Que haya más preocupación medioambiental, por la emisión de CO2 o por el consumo de papel son condicionantes que no quiere obviar Esther. “Hemos dado un salto digital. Sigo leyendo papel, pero no en periódicos. Me gusta -necesitamos- leer muchas fuentes si quieres informarte bien, por lo que sería inasumible el pago de la prensa en papel. Yo leo online, a través de suscripciones que son más baratas, y de medios abiertos, redes”, señala.