Semana Santa en Soria: Procesiones, recorridos y horarios
Octavio Viñals, Txomin Nagore y Raúl Ruíz repasan la historia del club el día antes de su cumpleaños. Recordando con nostalgia unos tiempos en los que los rojillos tuteaban a los mejores equipos del país, “dando a conocer Soria y Numancia en todas las partes del mundo”, muestran su tristeza por la marcha del equipo en las últimas campañas.
El Numancia cumple mañana, 9 de abril, 80 años. Durante estas ocho décadas, el club ha sido capaz de saborear las mieles del éxito, disfrutando del fútbol profesional durante 25 temporadas consecutivas, derrotando a los mejores equipos del mundo en un feudo de Los Pajaritos, inexpugnable, y de sufrir los ardores del infierno, cayendo hasta una cuarta categoría del fútbol nacional de la que todavía intenta salir en estos momentos.
A pesar de que todo ha quedado empañado por una gestión más que deficiente y por la trayectoria deportiva de la entidad a lo largo del último lustro, el Numancia tiene un currículum envidiable. En sus filas, los rojillos han disfrutado de jugadores de primer nivel. Algunos de ellos, Octavio Viñals, Txomin Nagore o Raúl Ruíz, tres voces más que autorizadas para hablar de la entidad, se sientan con Soria Noticias para rememorar los momentos más memorables de la historia y para analizar la situación actual.
Octavio Viñals siempre será recordado en un club en el que disputó 431 partidos oficiales desde 1991 a 2004. El mediocentro aterrizó justo hoy hace 33 años en el conjunto numantino, cedido por un Castellón que militaba en Primera División, para ayudar a los sorianos en los últimos siete partidos de liga. El castellonense completó un sprint final, espectacular, anotando cinco goles y ganándose el cariño de todos los aficionados.
“Es el club que me dio confianza. Estaba muy a gusto, disfrutando de la ciudad y de todo lo que significaba el fútbol en aquella época. Así, que decidí desvincularme de mi anterior equipo y apostar por el Numancia, independientemente de que estuviera en una categoría inferior”, manifiesta.
Aunque fue una decisión arriesgada, relata que no se arrepiente de haberla tomado, dado que fue artífice de la época dorada de los rojillos, creciendo temporada a temporada, “aspirando cada vez a metas más altas en una entidad en la que se hacían muy bien las cosas por aquella época”.
Durante esa etapa, Octavo fue pieza fundamental de un combinado que fue capaz de subir de Segunda B a Primera y de completar la mejor Copa del Rey de la historia, poniendo contra las cuerdas al F.C. Barcelona en los cuartos de final después de haber eliminado, previamente, a numerosos equipos de categoría superior. Respecto a aquella eliminatoria del trofeo del K.O., el capitán reconoce que supuso “un antes y un después, sobre todo en el tema económico”. En ese sentido, admite que todo lo recaudado permitió a la directiva contar con un mayor presupuesto de cara a configurar unas plantillas de mayor calidad para aspirar al ascenso a Segunda. “Sabedores de nuestras limitaciones, saltábamos al campo, convencidos de lo que hacíamos. Lotina fue muy importante”, sentencia.
Además de las temporadas en Primera y Segunda División, Octavio recuerda con especial cariño la eliminatoria de ascenso a la división de plata del fútbol español frente al Recreativo de Huelva. Tras empatar a 3 en tierras onubenses “ante más de 15.000 personas, fuimos capaces de salir vivos y de ganar la eliminatoria en casa”. Posteriormente, llegaría la consolidación del equipo en el fútbol profesional, el ascenso a Primera y la permanencia, entre otras muchas cosas: “No me puedo quedar con tan solo uno. Han sido muchos y tan buenos. Te podría decir incluso que el descenso a Segunda no fue un trauma porque éramos conscientes de la situación y de dónde estábamos”.
¿Cómo fue posible ese milagro en una de las ciudades más pequeñas del país? El mediocentro destaca la organización de la institución. Por un lado, hace hincapié en el trabajo de una parcela deportiva que “contaba con grandes técnicos que sabían lo que fichaban; aunque algunos no salían bien, la gran mayoría fueron más que validos”. Por otro, una directiva compuesta por sorianos que apostó decididamente por el Numancia. “El trabajo de empresarios como Francisco Rubio, Gari, Isla, la familia Vinuesa, entre otros, dio sus frutos”, explica.
No obstante, esos tiempos quedan ya muy atrás. En los últimos años, Octavio ha vivido desde fuera el descalabro del conjunto numantino. Afirmando que le da mucha pena, lamenta que esta situación se haya producido en un momento en el que se han reorganizado las categorías: “La Segunda RFEF es la Tercera de mi época. Es algo muy triste como club. Los recuerdos bonitos quedan, pero la realidad es que estamos en cuarta”.
Analizando esa caída en barrena, Octavio añade que lo ocurrido “viene de lejos, desde el momento en el que se dejo de invertir”. Por ello, aspira a que los empresarios sorianos se vuelvan a volcar con el club para salir cuanto antes de una categoría que no le corresponde.
Sobre lo que está sucediendo esta campaña, hace hincapié que, aunque haya jugadores de divisiones superiores, “son todos de Segunda RFEF porque es la categoría en la que militamos; además, subir siempre es muy complicado, independientemente de los nombres y del presupuesto”. Aunque no puede acudir tanto como le gustaría a Los Pajaritos, el capitán espera que los rojillos consigan el factor campo para unos play off en los que tiene experiencia: “La única presión que tienen que tener los jugadores en el Numancia es la de jugar al fútbol. Se vive muy bien y tienes el respaldo de la gente garantizado. También es cierto que los futbolistas son diferentes a los de mi época”.
Con todo ello, no duda en felicitar a una entidad que "es una referencia en la provincia, siendo conocida a nivel europeo”. En ese mensaje, anima a la afición a seguir estando al lado de un Numancia que “es lo mejor que tiene Soria”.
Nacido en Navarra, Txomin Nagore llegó por primera vez al Numancia en 1999. Cedido por el Athletic Club, el futbolista fue uno de los hombres más empleados por Andoni Goikotxea, disputando 37 partidos en una temporada en la que los sorianos hicieron historia, alcanzando su única permanencia en Primera División: “Al principió me pilló por sorpresa la oportunidad de venir a Soria”.
Sin embargo, las dos partes salieron tan contentas de esta campaña que decidieron continuar unidas, acometiendo el cuadro de Los Pajaritos el fichaje del mediocentro. En su segundo curso las cosas no fueron tan bien y el equipo bajo a Segunda División. En ese verano, Nagore cambio de aires tras recibir una oferta del Atlético de Madrid “que nos interesaba aceptar tanto al club como a mí”.
Después de separar sus caminos, el de Irurzun militó en numerosos conjuntos de Primera y Segunda hasta que el Numancia volvió a aparecer en su destino. Después de quedarse tirado en 2006 por el Levante a tres días de que cerrara el mercado de verano, la entidad numantina le abrió las puertas de regreso a casa: “Con 32 años pensaba que podía seguir rindiendo bien. Estaba Goiko en el club, le llamé para contarle lo que me había pasado y se cerró todo. Estaré eternamente agradecido”. En esa ocasión, el fútbol sonrío a un Txomin Nagore que paso de vivir uno de los peores momentos de su vida a formar parte de un conjunto que lograría el ascenso una campaña más tarde. Recalcando que “ha sido uno de los clubes más importantes de mi carrera”, echa la vista atrás para hablar de una temporada magnífica en la que “se dieron todas las circunstancias para subir, estando desde la primera jornada arriba”.
En total, militó siete cursos más, nueve si contamos su primera etapa, en una escuadra de la que se marchó en 2013. Aunque su intención era la de seguir en Soria, “ya que mi ilusión era retirarme aquí”, los técnicos de aquella campaña decidieron que no continuara, firmando por un Mirandés en el que militaría dos años más antes de retirarse: “Colgué las botas con 40 años en un gran estado físico. Nunca tuve lesiones importantes”.
En ese periplo por tierras sorianas, Nagore tuvo el privilegio de compartir vestuario con algunos de los mejores futbolistas de la historia de la entidad. Sin poderse quedar con ninguno en concreto, incide en la calidad que tuvieron Javi Del Pino, Jairo, Julio Álvarez, Antonio Tomás, ‘Riverita’, Rubén Navarro, Pacheta, Muñiz, Octavo, Perico Ojeda, Álvaro Núñez o Palacios: “La afición soriana ha tenido mucha suerte de haber visto a estos jugadores en su equipo”.
En cuanto a técnicos, este tampoco duda en poner en valor el trabajo de Andoni Goikoetxea, “alguien clave en mi carrera”, Gonzalo Arconada, Sergio Kresic o Paco Herrera: “De todos aprendes cosas. Cada uno tiene sus rarezas y sus virtudes y es esencial sacar lo buen de todos ellos. Te hace ser mejor persona”.
De todos ellos, hace ya mucho tiempo, siendo la realidad del Numancia muy diferente. Desde la distancia, Txomin Nagore expone su “tristeza” por ver como se ha pasado de “los años más bonitos de la historia del club” a estar en Segunda RFEF. Incidiendo en que le encantaría “ver al equipo más arriba”, explica lo complicado que es ascender, “aunque tengas el mejor equipo”. Con todo, espera que el equipo reaccione en este tramo final de campaña y ascienda a Segunda RFEF “para estar más cerca de Segunda División”.
Manteniendo el vínculo con Soria, ciudad que “visitó menos de lo que me gustaría, y con una entidad que “es diferente al resto por su humildad y por cómo se hacen las cosas”, el lateral felicita a un Numancia que “ojalá siga dando guerra y del que espero que todos los sorianos continúen sintiéndose orgullosos”.
Raúl Ruíz llegó al Numancia en 1994 sin ser consciente de lo que iba a vivir en tierras sorianas. En apenas dos cursos, el medio se ganó el cariño de propios y extraños, convirtiéndose en un soriano más. “Tengo recuerdos maravillosos. Mira si estoy unido con el club que mi hijo cumple los años hoy (tan solo un día antes del 80 aniversario)”, apunta con nostalgia.
El cariño que guarda al equipo y a Soria lo extrapola a su familia. Su hija vivió su primer año de vida en la ciudad y los recuerdos se le agolpan en la cabeza al revivir “paseos por La Dehesa o salidas por el túnel de vestuarios para fotografiarse con el once inicial”. Pero, ¿Cómo acabó Raúl Ruíz en el equipo? El ariete, con contrato en el C.D. Lugo, no quería salir de allí, dado que “tenía un buen contrato y estaba muy a gusto”. No obstante, una llamada de Lotina, que “era muy buen amigo mío”, lo cambió todo. Convenciéndole, ofreciéndole un equipo potente para aspirar al play off de ascenso a Segunda y estar cerca de su casa -es de Logroño-, el mítico técnico numantino consiguió que el punta se uniera al proyecto rojillo. “Me lio la manta a la cabeza y fui para allí. Desde que pisé por primera vez el estadio, me sentí muy querido. No tuve ningún mal momento”, indica.
Después de quedarse a las puertas del ascenso a la categoría de plata en su primera temporada, Ruíz fue uno de los protagonistas de la 1995/1995, momento que cambió para siempre la historia del Numancia: “No sé si la consideraréis la más mediática, pero estoy seguro de que supuso un punto de inflexión para todos. Cuando llegué allí la gente iba más al voleibol y nuestro grupo fue capaz de darle la vuelta a eso, viviendo días gloriosos”.
Esa campaña comenzó con los sorianos muy centrados en liga, dejando a un lado el torneo del K.O. En primera ronda, los de Lotina se tomaron su enfrentamiento frente al San Sebastián de los Reyes de forma secundaria “a ver lo que pasaba”. No obstante, el balompié es caprichoso y los numantinos accedieron a una siguiente ronda en la que se iban a ver las caras con la Real Sociedad: “Cuando lo vimos, pensamos, venga hacemos una buena taquilla y adiós. Ostras, ganamos 2-0 en la ida, empezamos a salir en todos los medios, vamos a Anoeta y nos llevamos la eliminatoria”. Ese instante fue clave, ya que “decidimos que teníamos que ir a por todas”.
Entonces, Lotina empezó a realizar rotaciones en liga, “dado que teníamos que refrescar a gente porque contra los equipos de Primera debíamos de rendir al 200%”. Esa situación les afectó en una competición doméstica en la que pasaron de ocupar los dos primeros puestos a salir del play off. Sin embargo, continuaban haciendo historia en una Copa del Rey, cargándose al Racing de Santander: "Éramos un conjunto muy solidario que defendíamos a muerte”.
Después de eliminar al cuadro santanderino, los rojillos se vinieron a bajo al conocer que su siguiente rival sería el Sporting, “dado que pensábamos que nos tenía que tocar ya un grande de la talla del Real Madrid, Atlético de Madrid o F.C. Barcelona para hacer taquillón”. Aunque fue una decepción, los numantinos se rencarnaron una vez más en David, dejando en la cuneta a otro equipo de Primera División. “Ahí ya se fue de madre. Empezamos a ir a programas de TV para hablar de sexo o para cantar en karaoke. Al final, te descentras de la liga”. En cuartos de final, por fin les tocó el premio gordo con el emparejamiento con el Barça. Convencidos de que “podíamos dar la sorpresa y de que no nos iban a pasar por encima”, les plantaron cara, empatando a dos en el Antiguo Los Pajaritos y adelantándose en la vuelta en el Camp Nou. Al final, los barcelonistas ganaron 3-1, pero esa eliminatoria llegó a más de una generación.
Para Raúl Ruíz, esa participación en la Copa del Rey fue un recurso que “Francisco Rubio supo aprovechar a la perfección, creando la Fundación, el nuevo estadio y la Ciudad Deportiva”.
Con todo, al final de ese año dejó el Numancia, emprendiendo una nueva etapa en Canal + de la mano de Michael Robinson. Su salida le dejo una espinita clavada, al considerar que “el club no se portó bien con varios jugadores de aquella campaña, dando salida a muchos jugadores como Movilla, Quique Alonso o César que podían haber seguido aportando”. Independientemente de ello, se queda con lo feliz que fue en una entidad “muy familiar, que siempre nos pagaba al mes, cosa complicada en aquellos años en Segunda B”.
Mucho tiempo después de acabar su etapa en el Numancia, el que fuera centrocampista rojillo sigue muy de cerca los acontecimientos que se producen en un club que piensa que “está en una categoría que no le corresponde, aunque eso no se recupera solo con el escudo”. En esa dirección, señala que la figura de Francisco Rubio fue muy importante para alcanzar el fútbol profesional y que la venta del club le dejo muy expectante: “Cuando se produce algo así, siempre esperas a ver qué pasa. De la gestión no puedo hablar porque lo desconozco, pero está claro que el aspecto deportivo no ha ido nada bien. Espero que este año sea por fin el del ascenso”.
Antes de despedirse, felicita el 80 cumpleaños al Numancia “Fueron unos cursos espectaculares y siempre los llevaré en el corazón. Espero que cumpla como mínimo otros 80 años más”.