Las encías sanas no sangran

Los dentistas tratamos patologías de la boca, mientras que los pacientes suelen acudir más por problemas como las caries. A pesar del esfuerzo que durante tantos años se está realizando con programas preventivos, educativos en centros de salud, colegios y consultas dentales, las caries protagonizan la mayor parte de nuestras consultas.

Según la Encuesta Nacional de Salud, entre el 85-90% de la población mayor de 35 años padece estas patologías en algún grado, principalmente la gingivitis. La manifestación más destructiva de periodontitis afecta al 30-38% de los adultos mayores de 35 años.

La piorrea es un término coloquial que designa enfermedades del tejido que soporta los dientes, aunque su nombre médico correcto es periodontitis. Esta es una infección profunda que comienza como gingivitis, una inflamación inicial y reversible. La piorrea, en realidad, se refiere al pus que surge de encías enfermas, avisando de un problema que necesita diagnóstico y tratamiento profesional.

La prevención es clave y consiste en controlar la placa bacteriana mediante el cepillado diario, el uso de seda dental y cepillos interdentales. Si las encías sangran o hay sarro calcificado, es necesaria una limpieza profesional o detartraje, realizada por un dentista o higienista dental. Cuando la enfermedad afecta a nivel intraóseo, el tratamiento incluye raspados y alisados radiculares. En casos avanzados, el dentista puede recurrir a pequeñas cirugías.

Los mantenimientos periódicos son esenciales en pacientes con implantes para controlar la enfermedad a largo plazo. Los dentistas abogan por conservar los dientes naturales y recomiendan revisiones anuales, ya que el tratamiento de la periodontitis es seguro y eficaz.

Artículo en colaboración.