La riqueza de Castilla y León, también en sus postres

Seguro que alguna vez ha salido por tu boca o por la de algún conocido la frase de “siempre queda hueco para el postre”. Pero, qué mejor que un postre típico castellano para llenar ese espacio en el estómago que tanta felicidad nos aporta para terminar una comida. Seguro que han estado en la sobremesa de mcuhas casas durante el día de Castilla y León, pero cualquier celebración es una buena excusa para disfrutarlos con amigos o familiares.

Ávila – Yemas de Santa Teresa

Pequeñas, redondas y con un color anaranjado que ya da ganas de morderlas. Las yemas de Santa Teresa son el emblema repostero de Ávila. Solo llevan yema de huevo, azúcar y mucha paciencia. Se pueden hacer en casa, pero si no tenemos esa paciencia tan necesario, también se pueden comprar en cajitas pequeñas para poder disfrutar de esos deliciosos bocados.

Burgos – Cuajada con miel y nueces (el postre del abuelo)

En Burgos el queso es religión. Y, como no podía ser menos, uno de los postres más típicos es la cuajada elaborada con leche de oveja, servida con un chorrito de miel y unas nueces. Sencillo, tradicional y, sin lugar a duda, delicioso. ¿Te animas a hacerlas en casa?

León – Nicanores de Boñar

¿Un hojaldre puede ser tan famoso como una catedral? En León, sí. Los nicanores son pastelitos de mantequilla que se deshacen en la boca. Se hacen en Boñar desde hace más de un siglo y son de esos caprichos que uno no se perdona no probar. La excusa perfecta para disfrutar de una escapada en este día festivo.

Palencia – Amarguillos de Ampudia

Aunque el nombre no llama mucho la atención por eso de “amarguillos”, una vez en el paladar vas a gozar cada bocado. Se trata de pequeñas joyas almendradas con un punto amargo que engancha. Los amarguillos son típicos del precioso pueblo de Ampudia, en el que podrás visitar un impresionante castillo del siglo XV perfectamente conservado, y están hechos con almendra molida, clara de huevo y azúcar. A veces, lo más simple es lo más sabroso.

Salamanca – Chochos de yema

No te dejes engañar por el nombre: los chochos son unos dulces con historia. Se trata de pequeñas bolitas de yema recubiertas con azúcar que se venden en las típicas cajitas coloridas. Se pueden elaborar en casa, pero también requerirán de mucha paciencia. Eso sí, son muy populares en ferias y fiestas.

Segovia – Ponche Segoviano

Ya de primeras este postre te hará salivar. El ponche segoviano es un bizcocho con crema pastelera, cubierto por una fina capa de mazapán y decorado con ese dibujo en rombos tan característico que se hace quemando azúcar. Es tan sabroso como parece, o incluso más.

Soria – Costrada Soriana

Una maravilla de capas: hojaldre, merengue y crema pastelera, todo montado en una especie de tarta ligera y dulce. La costrada es uno de los postres estrella en bodas, fiestas y celebraciones de Soria. Es típico encontrarla en las pastelerías y, además, en los últimos años este tradicional postre se ha modernizado hasta poder encontrarlo de sabores más exóticos.

Valladolid – Bizcochos de Portillo

Estos bizcochitos, secos y ligeros, son ideales para mojar en un buen chocolate caliente. Se hacen en Portillo, un pequeño municipio de Valladolid, y tienen ese sabor a merienda de siempre que no pasa de moda.

Zamora – Rebojos zamoranos

Parece un bizcocho sencillo, pero es un clásico que no falla. Con un toque de limón y esa textura esponjosa que engancha, los rebojos zamoranos son típicos de Semana Santa y otras fiestas populares. Ideales para coger fuerzas después de hacer una visita a su catedral románica.

En general todos los postres de Castilla y León son espectaculares, con un sabor único y especial que te hará disfrutar en cada bocado y que muestran la identidad, la memoria y la cultura autonómica. Así que la próxima vez que pases por alguna de estas provincias no desaproveches la oportunidad de catar uno de sus irresistibles postres.