Benito Serrano, presidente de la institución provincial, ha destacado que, gracias a la colaboración entre administraciones se pueden solucionar crisis como la falta de suministro eléctrico generalizada que sufrió nuestro país el pasado lunes.
El gran apagón que sumió a España en la oscuridad el pasado 28 de abril puso a prueba la capacidad de respuesta de la provincia, revelando tanto fortalezas como inesperadas vulnerabilidades. Benito Serrano, presidente de la Diputación Provincial, ha detallado la intensa actividad desplegada desde la institución para mitigar los efectos del corte de suministro, destacando una colaboración interadministrativa ejemplar y la necesidad de extraer lecciones cruciales para el futuro. Desde la atención prioritaria a las residencias hasta el apoyo logístico a cuerpos de seguridad y ayuntamientos, la Diputación se volcó en una situación de emergencia que paralizó la vida cotidiana y dejó al descubierto la fragilidad de algunos sistemas esenciales.
Desde las 14:00 h del día del incidente, cuando se convocó la primera reunión del Centro de Coordinación Operativa Integrado (CECOPI), la consigna fue clara. "Lo primero que quería manifestar es la total colaboración entre todas las administraciones", ha afirmado Serrano, subrayando la unidad de acción. "Cuando hay un problema hay que remar y todos al unísono, que aquello fue así". Esta coordinación se extendió a los jefes de servicio de las distintas entidades implicadas. La prioridad absoluta para la Diputación fue, desde el primer instante, "atender a las residencias de ancianos y garantizar el bienestar de nuestros residentes". Para ello, se alquilaron y trasladaron generadores a centros como el de Ágreda y, preventivamente, a la residencia San José del Burgo de Osma, asegurando así el funcionamiento de los servicios básicos.
La colaboración se materializó también en el apoyo a otros organismos. La Guardia Civil recibió suministro de gasóleo para sus vehículos desde el Parque de Maquinaria provincial, al igual que la residencia Odón Alonso para su propio generador. Una ayuda logística crucial que requirió ingenio, ya que, como ha explcado Serrano, "teníamos 25.000 litros de gasoil en el parque de maquinaria, pero al fallar la bomba no podíamos sacar, con lo cual tuvimos que hacer un acoplamiento de un generador para que funcionase esa bomba". A pesar del restablecimiento del servicio eléctrico, la Diputación ha decidido mantener los generadores alquilados operativos durante unos días más como medida de precaución ante posibles nuevas incidencias.
Además de la atención a infraestructuras críticas, se movilizó a un amplio contingente humano. Los 80 trabajadores del parque de maquinarias y los bomberos de los parques provinciales se desplegaron por todo el territorio soriano para atender diversas incidencias. Aunque no se dispone de un recuento exacto, Serrano ha indicado que fueron "incidencias muy breves" que "se solucionaron al instante", como ayudar a personas con movilidad reducida o resolver problemas puntuales en ascensores. La asistencia también llegó a los pueblos que se quedaron sin suministro y carecían de medios propios, como Gómara y Deza, a los que se sumó San Pedro Manrique, donde se llevó un generador durante la noche en colaboración con Protección Civil.
Sin embargo, la emergencia también sacó a la luz puntos débiles significativos. Uno de los más críticos fue el colapso de las comunicaciones. "Cuando se ven las redes telefónicas, las baterías duraron 5 horas, aproximadamente. A partir de esas 5 horas, se caen esas baterías y no hay un sistema", ha lamentado Serrano. Esta situación, que se agravó a partir de las 23:00 h, dificultó enormemente la coordinación. "Tenemos que tener un sistema para que, por lo menos, los servicios de comunicación básicos puedan funcionar, que no nos quedemos sin comunicación, porque entonces, no es difícil, es imposible la coordinación", transmitió el presidente a compañías como Telefónica, evidenciando una vulnerabilidad crítica en la infraestructura de telecomunicaciones.
Otro problema inesperado fue el del suministro de agua potable. En muchos edificios y pueblos, la falta de electricidad impidió el bombeo de agua a las plantas superiores. "Esas cosas que el día a día no las echamos de menos, porque llegas a casa, abres el grifo y te sale el agua, pues ese día los supermercados que estaban abiertos se quedaron sin agua", ha relatado Serrano. Este desabastecimiento, unido a la venta masiva de radios ("volvimos un poco a lo analógico cuando todos estamos muy preparados para lo digital"), subraya la necesidad de mantener sistemas de respaldo no dependientes exclusivamente de la tecnología digital o del suministro eléctrico constante.
El impacto económico del apagón no ha sido menor. Serrano se ha hecho eco de la estimación de la Cámara de Comercio, que cifraba las pérdidas en unos 3 millones de euros para comercios, industrias y servicios. La duración del corte fue muy dispar, afectando de manera desigual a la provincia. Mientras en zonas como Golmayo la luz regresó a las 18:00 h, en otras como Arcos de Jalón la espera se prolongó hasta las 07:15 h del día siguiente. Esta disparidad agravó los problemas en las áreas afectadas durante más tiempo, donde hubo que garantizar desde la conservación de vacunas en farmacias hasta el funcionamiento de explotaciones ganaderas.
Ahora, superada la fase más aguda de la emergencia, llega el momento del análisis y la reflexión. "Ahora es tiempo de hacer balance, de ver todas estas cosas que hemos detectado, de ver en lo que somos fuertes, de ver en lo que somos más débiles", ha señalado Serrano. Aunque la prioridad inmediata es volver a la normalidad y mantener una vigilancia preventiva, el presidente de la Diputación ha asegurado que se pedirán explicaciones sobre el origen del apagón. "Tiempo habrá también de pedir explicaciones, de pedir responsabilidades, de saber qué ha pasado que a día de hoy no se sabe".
Finalmente, Benito Serrano ha querido extender un agradecimiento generalizado. "Quería terminar agradeciendo a todas las administraciones, a todos los implicados, a todos los trabajadores, a los cuerpos de seguridad, a los servicios de emergencia, al personal de asistencia, la actitud que ha habido, y a los ciudadanos, que también". Ha destacado el ejemplo de civismo y colaboración demostrado por la sociedad soriana ante una emergencia que sorprendió a todos y cuya causa última sigue siendo una incógnita. La respuesta coordinada y la resiliencia ciudadana son, junto a las lecciones aprendidas, el principal balance de un día insólito.
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