Lo que para el subdelegado del Gobierno es un puente "con las máximas garantías", para el alcalde de San Esteban es "todo un despropósito". Miguel Latorre pide "responsabilidad" y Daniel García asegura que sus vecinos no tienen "nada que celebrar". El debate sigue abierto y sube de intensidad, pues quedan cuestiones por aclarar: la segunda fase de las obras, el puente provisional y la variante que conecte con la A-11.
Esta mañana se ha reabierto al tráfico el puente medieval de San Esteban de Gormaz. Han pasado casi dos meses de aquel 10 de marzo en el que la borrasca Martinho y una riada acabarían pasando a la historia de la localidad ribereña por derribar uno de los aleros de la infraestructura que da soporte a la N-110, vía que une el suroeste de la provincia con Segovia y Madrid.
Hoy debería haber sido un día de fiesta no solo en el municipio, sino en toda la comarca pues por fin quedaban reconectados pueblos, servicios y personas. No obstante, la tensión se podía cortar a ambos lados de la infraestructura y todos los presentes han podido entender que la guerra política que ha abierto este incidente, y su gestión, no tiene visos de concluir.
Daniel García, alcalde de San Esteban, ha expresado a la orilla del Duero que "San Esteban no tiene hoy nada que celebrar" y ha mostrado su preocupación por la "falta de seguridad" tras unas obras que, para él, se han centrado "en arreglar solo lo más visible, la calzada". Considera que el Gobierno "no ha estado a la altura de lo que merecen los vecinos" y ha actuado "recortando al máximo los plazos" para "llevar la contraria al Ayuntamiento con la instalación del puente alternativo" (hasta ahora conocido como provisional).
El regidor sanestebeño ha reclamado una vez más "desviar el transporte pesado" por la infraestructura en la que ya trabajan la Junta de Castilla y León y el Ministerio de Defensa y que se ubicará en el polígono de La Tapiada. Pide "el tiempo necesario para una rehabilitación integral" en el puente medieval e insiste en un trabajo "coordinado entre todas las administraciones para tener a futuro la variante que conecte con la A-11".
García ha lamentado la "escasa información" que ha recibido "desde que se iniciaron los trabajos". Un "despropósito" que ha tenido su último capítulo con la solicitud "no oficial" de uso de los semáforos, de competencia municipal, para la regulación del tráfico rodado sobre el puente. El Ayuntamiento "no pondrá trabas", pero el primer edil avisa: "Si ocurre una desgracia seré el primero que exija responsabilidades porque están jugando con la vida de las personas".
Estas declaraciones del alcalde de San Esteban han tenido respuesta inmediata por parte del subdelegado del Gobierno, Miguel Latorre, quien, también presente durante la reapertura pero siempre a una distancia más que prudencial del alcalde, ha asegurado que esta se realiza "con total seguridad y garantía para todo tipo de vehículos", contando con el aval de "ciencia y técnica".
Ha aclarado in situ que los trabajos en esta primera fase han supuesto la inversión de 2 millones de euros. Dinero que ha servido para realizar el "pilotaje de los tajamares, tanto de los afectados como de los no afectados". Ha puntualizado que se han utilizado "cerca de 20.000 kilos de armaduras de hierro para reforzar el puente". Algo que, junto con la regulación semafórica en colaboración con el Ayuntamiento de San Esteban, permitirá "transitar con las máximas garantías".
Latorre ha apelado a la "responsabilidad de todos los políticos" y les ha pedido "decir la verdad" respecto al proceder del Gobierno en este asunto. Ha remarcado que este miércoles se ha celebrado la "quinta reunión de seguimiento de las obras" y "desde el primer momento se ha informado al resto de administraciones de cada uno de los pasos que se han dado y los que se van a dar a futuro".
Aunque no lo ha descartado expresamente, el subdelegado del Gobierno considera que, con el tráfico reestablecido sobre el puente medieval, "debería replantearse si el puente provisional es necesario". Por su parte, el alcalde de San Esteban considera que esta infraestructura "alternativa", cuyas obras ya han comenzado y que estaría lista "en junio", permitiría el desvío del tráfico pesado para aligerar la carga sobre "un puente pensado para carros".
García cree que, con esta opción, se podría afrontar la segunda fase de las obras con mayores garantías pues "el puente medieval podría quedar solo para peatones". Latorre insiste en que no existe tal necesidad pues estos trabajos "no afectarán a movilidad de peatones ni de tráfico".
El último punto de fricción entre Gobierno y Ayuntamiento está en la construcción de un puente que, a través de una variante, conecte la N-110 con la A-11. Latorre ha reconocido que se trata de una "reivindicación histórica" y ha asegurado que el Gobierno de España "planteará todos los estudios pertinentes para evaluar la necesidad de ese nuevo puente", pero ha expresado que lo hará "apoyándonos en técnica y ciencia". García ha concluido con un mensaje claro: "Si en seis meses o un año no nos dan un compromiso firme respecto a esta variante, desactivaremos los semáforos del puente medieval como forma de protesta".
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