Los abuelos de Imogen Wolff, prometedora ciclista del Visma-Lease a Bike, partieron de Silkstone Common en su vehículo para apoyar a su nieta en La Vuelta Femenina. Este periplo les ha hecho dar con Soria en la partida de la 5ª etapa, una ciudad que han aprovechado para conocer antes de continuar con su ruta.
Desde los verdes paisajes de Silkstone Common, en el corazón de Yorkshire, Inglaterra, una pareja de abuelos ha emprendido una emotiva travesía que cruza fronteras y acumula kilómetros. No viajan por turismo convencional, aunque España es un destino que conocen y aman. Su misión es mucho más personal y vibrante: seguir de cerca, a bordo de su fiel autocaravana, cada pedalada de su nieta, Imogen Wolff, en su debut en una de las grandes citas del ciclismo femenino, La Vuelta. Una aventura que tiñe de profundo afecto familiar el exigente mundo del deporte profesional.
Imogen Wolff es una joven promesa del ciclismo que este año ha dado el salto a la categoría profesional con el potente equipo Visma-Lease a Bike. Para ellos, recorrer España en su casa rodante no es una novedad. "Tenemos una autocaravana. Viajamos todos los años por España", comenta el abuelo, revelando una tradición que ahora cobra un significado especial. Este año, sin embargo, el itinerario está marcado por las etapas de La Vuelta, un desafío que han abrazado con la ilusión de ver a Imogen competir al más alto nivel.
Imogen, recién salida de la categoría júnior, ha irrumpido con fuerza en el pelotón profesional. Su selección para una prueba de la envergadura de La Vuelta Femenina en su primer año es un testimonio de su talento y potencial. "Es su primer año como profesional", explica con orgullo su abuelo. "Acaba de terminar su etapa como júnior y ha sido seleccionada para correr la Vuelta por primera vez". Un hito que sus abuelos no querían perderse por nada del mundo, transformando su vehículo en un centro de operaciones móvil de apoyo incondicional.
La vida en autocaravana durante una gran vuelta ciclista es una experiencia única. Ofrece la libertad de movimiento para seguir a los ciclistas, pero también requiere una planificación meticulosa. Buscar el lugar adecuado para aparcar cerca de las salidas o las metas, gestionar los recursos y convivir con la incertidumbre meteorológica son parte del día a día. Para estos abuelos británicos, es una forma de estar cerca de Imogen, compartiendo de alguna manera los sacrificios y las alegrías del ciclismo de élite. Su vehículo no es solo un medio de transporte, sino un refugio y un símbolo de su constante apoyo.
"Aún no hemos estado en Soria ciudad. Vamos a ir en breve, antes de ir a la meta", comentaba el abuelo, con la intención de conocer un poco la capital de la provincia. "Es la primera vez en Soria para nosotros", añadía, mostrando que, incluso en medio de la vorágine deportiva, hay espacio para descubrir nuevos rincones de la geografía española, un país que, como él mismo dice, han recorrido "muchas, muchas veces".
El orgullo que sienten por Imogen es palpable en cada palabra. "Sí, lo está haciendo muy bien. Estamos muy orgullosos de ella", afirma con una sonrisa que se adivina sincera. Este apoyo familiar incondicional es, para muchos deportistas, un pilar fundamental en sus carreras.
El plan inicial es ambicioso: seguir La Vuelta hasta el final. "Hemos estado en el inicio... y esperamos llegar hasta el final", confiesa el abuelo. Sin embargo, la logística a veces impone sus propias reglas. La prueba podría llevarlos hasta cerca de Pontevedra, en Galicia, lo que supone "un largo camino para nosotros para volver luego al ferry" que los llevaría de regreso a Inglaterra. Por ello, mantienen una actitud flexible: "Veremos la próxima etapa mañana, y luego pensaremos”. Esta incertidumbre logística añade un toque de aventura a su ya de por sí emocionante periplo.
Mientras Imogen Wolff pedalea buscando su lugar en el competitivo mundo del ciclismo profesional, sus abuelos, desde la discreción de su vehículo, le ofrecen un faro de apoyo constante y silencioso. Su viaje desde Yorkshire, siguiendo las etapas de La Vuelta Femenina, no es solo un seguimiento deportivo, sino una demostración de amor y fe en el talento de su nieta. Una historia que, sin duda, inspira y conmueve, demostrando que los lazos familiares pueden ser el motor más potente en cualquier carrera, sea en la carretera o en la vida.
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