Más de 30 años al servicio de los aventureros del CES

Un capítulo de más de tres décadas se cierra en el Centro Excursionista Soriano (CES). La directiva que ha guiado los destinos de esta emblemática asociación durante más de treinta años cede el testigo, dejando tras de sí un legado de crecimiento, popularización del esquí y una masa social envidiable. Roberto López Hernández, Manuel Marco Rubio, Miguel Ángel Jaime Bueno, Jesús Cascante Moreno y José Luis Catalán han concluido su extenso periodo al frente de la entidad. Catalán, con una vinculación que se remonta a 1981 y que incluye un periodo de presidencia, y Roberto López, miembro desde 1992 y vicepresidente desde aproximadamente 1998, reflexionan sobre los hitos y la evolución de un club que se ha convertido en un referente.

Los inicios, como suele suceder en proyectos impulsados por el entusiasmo, estuvieron marcados por la ilusión y un espíritu altruista. Roberto López recuerda cómo decidieron implicarse: "Siempre con la ilusión de mantenerlo vivo y ese altruismo. Te metes y vas ayudando". Esta motivación fue crucial para afrontar los primeros desafíos, especialmente en el plano económico. La situación financiera inicial era "bastante justa", según López, un panorama que lograron revertir con el tiempo. Un hito importante fue la adquisición y reforma del local social, cedido por el Ayuntamiento, que antes se ubicaba en un edificio en la calle Aguirre, cercano a la Plaza del Carmen. Esta estabilidad patrimonial fue fundamental para el desarrollo posterior del CES.

Desde aquellos comienzos, la actividad del Centro Excursionista Soriano experimentó una transformación radical. Las primeras excursiones se centraban en destinos cercanos: "Al principio solo se hacían a Formigal", rememora López. Pronto, la ambición creció, llevándolos a Andorra, y posteriormente a explorar otras estaciones de esquí. El salto cualitativo fue progresivo: "Luego ya se empezó a ir a otras estaciones, y al final ya se empezó a ir a las de Europa y se dio el salto a Estados Unidos y a Canadá". Esta expansión de horizontes no solo diversificó la oferta para los socios, sino que también posicionó al CES como un club dinámico y con visión de futuro.

Si hay un logro del que la directiva saliente se siente especialmente orgullosa, ese es la labor social y la democratización del esquí. Con más de 1.200 socios en la actualidad, el Centro Excursionista Soriano se erige como uno de los clubes no privados más grandes de España. "Ningún club de España, que habrá muchos, tiene 1.200 como nosotros, y manteniéndolo a lo largo de los años", subraya López. Para él, "democratizar más o menos la práctica del esquí, que ahora se está poniendo un poco más cara, ha sido el logro principal". Este enfoque ha permitido que numerosas personas en Soria hayan podido acceder a este deporte, un objetivo que consideran cumplido con creces.

A pesar de la proyección internacional de sus viajes de esquí, el CES no ha olvidado sus raíces sorianas. Han realizado una importante labor de promoción del punto de nieve de Santa Inés, apoyando proyectos para su desarrollo. "Hemos hecho toda la promoción que se ha podido y se ha apoyado para los proyectos que se han llevado a cabo allí", explica López. Además, tradicionalmente, al final de cada temporada, se organizaban excursiones por parajes emblemáticos de la provincia, como el Cañón del Río Lobos o la Fuentona. Con el tiempo, estas salidas locales se complementaron con viajes de uno o dos días a zonas como los Pirineos o Prepirineos, buscando siempre un equilibrio entre el disfrute de la naturaleza cercana y la exploración de nuevos destinos.

Para José Luis Catalán, la experiencia al frente del club durante estas décadas se traduce en una "satisfacción enorme". Ver cómo el centro, que se refundó en 1981 partiendo prácticamente de cero, ha llegado a contar con casi 1.500 socios en sus mejores momentos es motivo de gran orgullo. "Hemos fomentado el deporte del esquí en Soria, que tenemos un punto de nieve en Santa Inés, que hemos luchado por que lo hicieran", destaca Catalán.

La evolución del Centro Excursionista Soriano en estos treinta años ha sido notable. "Ha cambiado mucho", admite Catalán. Roberto López añade que el trabajo de los directivos ha sido intenso: "Mucho trabajo, no ha habido otra". Esta combinación de esfuerzo y buen ambiente ha sido clave para el éxito y la longevidad del proyecto. Han pasado de actividades centradas en Soria y sus alrededores, como Piqueras o Santa Inés, a recorrer "medio mundo, hasta Estados Unidos y Canadá".

Con la vista puesta en el futuro, la directiva saliente considera que dejan el centro en una situación muy favorable. "Prácticamente está todo organizado", afirma Catalán. La estructura de actividades, que incluye salidas cada fin de semana o cada quince días a distintas estaciones de la península y dos o tres excursiones de una semana al extranjero (Francia, Suiza, Italia, Austria), está consolidada. Para Catalán, el reto para la nueva directiva es seguir: "Yo creo que no se puede hacer mucho más lo que hacemos". La principal tarea será mantener el nivel y, quizás, introducir variaciones en los destinos para seguir ofreciendo alicientes a los socios.

El legado de esta directiva es innegable: un club saneado, con una masa social impresionante y una oferta de actividades diversa y atractiva. Han conseguido no solo mantener vivo el espíritu excursionista en Soria, sino también expandirlo y adaptarlo a los nuevos tiempos, haciendo del esquí una práctica más accesible para muchos sorianos. La nueva directiva recoge un testigo valioso, con la responsabilidad de continuar una trayectoria de éxito forjada a base de ilusión, trabajo y una profunda pasión por la montaña.