Diego Martínez, el último entrenador del Numancia en ascender y en ganar en Teruel: “Se va a decidir por detalles”

Uno de los entrenadores que mejor recuerdo han dejado en los últimos años en el seno del Numancia y en el de la afición ha sido Diego Martínez. Bajo sus órdenes, el cuadro rojillo logró el ascenso a Primera RFEF tras dos descensos consecutivos, devolviendo la ilusión a una provincia muy necesitada de ella.

Un partido que era a vida o muerte

Un día clave para conseguir ese objetivo fue el 1 de mayo de 2022. Aquel domingo en el que Soria celebrara el Catapán, el Numancia viajaba a Pinilla para verse las caras con el Teruel en un duelo directo por el ascenso directo a falta de tan solo tres jornadas para el final de la fase regular. “Lo recuerdo con muchos nervios y tensión. Nos jugábamos mucho después de una temporada ascendente en la que al principio nos costaba ganar fuera. Sabíamos que si ganábamos en Pinilla teníamos el ascenso en la mano y éramos conscientes de que no podíamos fallar”, manifiesta.

A la hora de analizar aquel duelo, Martínez afirma que completaron “un partido prácticamente perfecto al que entramos muy enchufados”. En ese sentido, incide en que fue importantísimo adelantarse en el marcador con el tempranero tanto de Lupu: “Supimos gestionar el juego. Éramos un equipo que concedía muy poco”. Finalmente, Agüero sentenció la contienda con un segundo gol que hizo estallar de alegría a todos los seguidores numantinos desplazados hasta tierras turolenses. Precisamente, rememora como se acercó al final del partido a la grada dónde se encontraban para darles las gracias por el desplazamiento y para “pedirles que vinieran a Los Pajaritos frente al Ebro porque nos jugábamos el ascenso”.

Con mucha emoción, pone en valor el papel de la afición aquel curso, “haciéndonos sentir como en casa en varios desplazamientos a Barcelona y a Baleares”. En unos de esos viajes lejos de casa, Diego Martínez recuerda con alegría que la afición les preparó una paella, dándoles una sorpresa frente al Andratx.

Una plantilla que se dejó todo lo que tenía

El técnico riojano cita anécdotas muy cariñosas de una plantilla con la que sigue manteniendo contacto. Diego Suárez, Ballarín, Fer Román, Carrillo, Borja Vicent, Antonio Cotán, Borja San Emeterio o Isma Gil son alguno de los futbolistas con los que suele hablar: “Añoro esa temporada. En la vida de un entrenador se pueden contar con los dedos de la mano los días bonitos. La afición por fin podía ser feliz”.

En cuanto a nombres propios, destaca lo importante que fue el mercado de invierno con la llegada de Lupu, jugador que “conocía desde que era pequeño y que nos hizo mucha ilusión contar con él” o Fer Román, “que nos ayudó mucho a ser un equipo difícil de batir”: “Era una plantilla muy honrada que tenía una ilusión enorme por subir”.

¿Cómo ve la eliminatoria ante el Teruel?

Diego Martínez ha seguido los pasos del Numancia este curso. Además del cariño que le guarda al club, tiene una buena relación con integrantes de la actual plantilla como Dieste, Ribeiro, Gexan, Bonilla o Aitor Calle: “Nos conocemos desde que nos enfrentábamos en tercera riojana”. A la hora de valorar la temporada numantina, señala que enfrente existía un “equipazo” como el Pontevedra que ha obligado a los sorianos a ir por la vía larga para conseguir el objetivo.

Respecto a esta eliminatoria final, le da un punto de favoritismo al Numancia “por afición, club, historia y plantilla”. No obstante, avisa de que el Teruel llega después de una “grandísima segunda vuelta y de un enorme trabajo”. A todo ello, le añade que los aragoneses no van a tener la presión que puede sufrir el conjunto soriano: “Eso puede jugar una mala pasada. Los play off se deciden por pequeños detalles”.

Adiós a los banquillos

El Numancia decidió prescindir de los servicios de Diego Martínez hace dos años y medio. El equipo que militaba por aquel entonces en Primera RFEF se encontraba en mitad de la tabla. Sin embargo, la directiva optó por un cambio en el banquillo en busca de objetivos más ambiciosos. Finalmente, esa decisión terminó condenando a una escuadra que muy lejos de pelear por regresar al fútbol profesional, descendió a Segunda RFEF.

“Ha sido la única destitución de mi carrera y la recuerdo como algo muy triste. Estaba ilusionado con el proyecto, ya que creía que íbamos a sacarlo adelante. Los objetivos que plantó la propiedad eran equivocados; había que respetar mucho más a una categoría que es muy exigente”, explica. Al ser preguntado por qué hubiera pasado por si lo hubieran mantenido en el puesto, se muestra claro: “Estoy convencido de que no hubiésemos descendido. Me quedé con la sensación de no haber podido terminar un trabajo que empecé con Rubén Andrés”.

Un año más tarde, Diego Martínez firmaría por la U.D. Logroñés, equipo de su ciudad. Al igual que el Numancia, los riojanos se quedaron a un paso de subir a Primera RFEF, perdiendo la final por el ascenso. Aunque la directiva le ofreció renovar, el técnico tenía claro que no iba a seguir: “Ya no tenía ilusión y lo más honesto era echarme a un lado. He vuelto a la docencia y por ahora no tengo intención de volver a los banquillos”.