La soriana, para su sorpresa, logra ganar la última prueba del programa de televisión, lo que le otorga la inmunidad y también dormir en el campamento rico.
"Una mirada equilibrada y un carácter estable". Esa era la pista que recibieron los concursantes al inicio del episodio 18 de El Conquistador sobre la prueba de inmunidad. Lo que no imaginaban es que el equilibrio sería, literalmente, fundamental.
La prueba de inmunidad que iban a jugar en esta ocasión era completamente inédita: "Tentetieso", y el nombre no podía ser más claro. Los participantes debían subirse a una plataforma flotante con un estrecho palo en medio y mantenerse allí el máximo tiempo posible. El último en caer sería el ganador y se llevaría la preciada ikurriña.
Cada concursante tenía un minuto para subirse al pequeño pibote y colocarse en equilibrio. Si no lo conseguían en ese tiempo, quedaban automáticamente fuera del reto. En apariencia, la prueba no parecía demasiado complicada, pero en cuanto tenían que ponerse de pie sobre aquel palo diminuto, el panorama cambiaba. Todos coincidían: era "difícil". Mientras algunos expresaban dudas y se mostraban pesimistas, la soriana Raquel, del equipo azul, optaba por la prudencia: "No lo sé, no me he probado nunca mucho en equilibrio, así que ya lo veremos".
La carrera hasta los pibotes debía hacerse por el agua, y tanto Raquel como su compañera de equipo fueron de las últimas en llegar. Sin embargo, una vez allí, Raquel sorprendió a todos colocándose rápidamente en posición. Uno a uno fueron cayendo, hasta que solo quedaban ella y Rachel. Finalmente, Raquel también cayó... pero no todo estaba decidido.
Desde la orilla comenzaron las dudas. Un miembro del equipo amarillo gritó: "no está arriba", algo que Raquel también afirmaba. La presentadora intervenía: "no es ahí Rachel", haciendo referencia a que se encontraba en los peldaños y no en lo alto del palo, y el presentador confirmaba con contundencia: "Rachel está en el escalón. No es ahí. No vale".
Ante la confusión, una de las concursantes preguntó: "¿Quién ha ganado?". Entonces el presentador anunció con entusiasmo: "Raquel, ganadora del juego". La incredulidad en el rostro de la soriana era evidente. Comenzó a gritar de emoción, corrió hacia la ikurriña y, con lágrimas en los ojos, la alzó con fuerza mientras exclamaba: "Dios Santo, no me lo creo. Gracias, gracias, gracias". Mientras, uno de sus compañeros le animó: "aupa Soria".
Entre lágrimas, Raquel aseguraba que "no me imaginaba esto nunca, nunca, nunca". Carra, su compañera de equipo, no dudó en elogiarla: "Eres la mejor". La propia Raquel, aún emocionada, añadía: "Esto es increíble. Increíble. No me lo hubiera imaginado jamás en la vida. Este programa no dejará jamás de sorprenderme", mientras besaba la bandera. Ya algo más calmada, comentaba entre risas: "mis compañeros estarán flipando, preguntándose «qué es esto que ha pasado»".
La victoria fue de lo más inesperada para ella misma, pues mientras le entrevistaban aseguró que a lo largo del día apenas había tenido fuerzas y que no se veía capaz de superar ninguna prueba, o incluso de andar: "nunca me han fallado las fuerzas, pero hoy notaba que no tenía ni reservas ni fuerzas".
Tras alzarse con la victoria, el presentador bromeaba: "vaya victoria en Soria". Ella explicaba: "el equilibrio me cuesta, he apurado al máximo para subirme arriba del todo. Me la he jugado a todo o nada. He aguantado lo que he podido. Me ha sorprendido que la gente cayese tan rápido porque pensé que tenían más equilibrio".
El premio iba más allá de la inmunidad. Tenía que elegir a un compañero para compartir el privilegio de la inmunidad y del campamento rico. Raquel lo tenía claro: "soy poco estratega, ya lo habéis visto. Pero tengo un corazón enorme y tengo muy claro con quien quiero compartirlo. Y esa persona es Carra". Ante esta respuesta, la presentadora le replicó: "es corazón, pero también te conviene", a lo que Raquel respondió: "no lo sé. La cabeza no me da ni para eso. Es que me da igual. Soy así. Solo quiero compartirlo con ella y creo que se lo merece por lo que ha luchado".
Al llegar a su recompensa, una mesa rebosante de comida, no pudo evitar gritar: "por Soria, por todos, por mi familia". Mientras disfrutaba de su merecido festín, ya empezaba a pensar en la próxima decisión: a quién nominar.
Después de una noche más tranquila, volvió a verse en una situación complicada: debía escoger a su "duelista", es decir, a la sexta persona nominada para competir por no marcharse en la siguiente prueba. Una elección que no supo si hizo bien o mal.
Lo que está claro es que cada vez quedan menos concursantes en el Caribe, y Raquel sigue en pie. Veremos si las fuerzas que recuperó en el campamento rico le sirven para mantenerse en lo que queda de concurso.
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