Óscar Javier siempre había sido reticente a ser jurado. Sin embargo, la insistencia de Estela Pascual y de sus amigos en el Lavalenguas del año pasado surgió efecto: “No me apetecía porque vivía las fiestas de otra manera. Pero, aquí estamos”. Tras vivir un Catapán único, esperan con ganas el Jueves ‘la Saca’ y el Sábado ‘Agés’.
La insistencia de Estela Pascual ha tenido resultado. Después de muchos años intentando convencer a Óscar Javier Tamerón para ser jurados, esta sanjuanera de pro lo consiguió en el Lavalenguas del año pasado con la ayuda de sus amigos: “Ella siempre había querido. Cuando su hermana fue alcaldesa de barrio en 2018 ya le entraron las ganas. En 2023, le aumentaron cuando unos amigos fueron jurados y nosotros ejercimos de cuatros. Al final, me convenció, aunque es cierto que me costó cambiar de opinión porque me gustaba vivir las fiestas de otra manera”.
Aunque en un principio se apuntaron a Santiago, la cuadrilla de su barrio, estos también optaron a San Miguel por la situación del barrio. Finalmente, la segunda de ellas se convertiría en su hogar. El Catapán, que fue el primer acto que vivieron con los vecinos, “superó todas las expectativas; vivirlo como cuatro fue una pasada, pero como jurado es espectacular”. Además de esa jornada, Estela recuerda con enorme emoción el momento de salir al escenario de la Audiencia en el Sorteo y en el Nombramiento y “ver a toda nuestra gente en unas butacas que estaban a tope”.
Superados esos primeros días como alcaldes de barrio, ya piensan en San Juan. Mientras que él tiene unas ganas inmensas de vivir los Agés desde dentro, ella se queda con la Saca: “Se me ponen los pelos como escarpias solo de pensar en las 12:00h.” El momento del Miércoles ‘el Pregón’ en las escalinatas del Ayuntamiento también les hace mucha ilusión, “ya que va a ser muy emocionante”.
Los colaboradores están recorriendo las calles para tratar de conseguir el máximo número de vecinos. A pesar de ello, los jurados lamentan que en estos instantes cuentan con 100 menos que en 2024, momento en el que se alcanzaron los 864. Sin perder la ilusión, piensan en que se pueden recuperar en estos últimos días. “Nos estamos llevando un chasco al igual que el resto de cuadrillas. En general, la cosa va para bajo con excusas nuevas. La gente mayor es la que entra, los jóvenes, nada”, manifiestan.
Ante esa situación, Óscar y Estela recuerdan que la participación de los sorianos es esencial para que las fiestas “sigan siendo como las conocemos, únicas en España”. Para animar a los indecisos, los invitan a conocer un local que recoge en sus paredes los diferentes días de San Juan. Las peñas y el logo de la cuadrilla, realizado por una sobrina de la pareja de diez años, también tienen su espacio.
Además de la sede, San Miguel cuenta con otro local, que el próximo año pasará a ser el oficial, en el que los integrantes de la cuadrilla comen: “Lo que más nos ha costado ha sido decorarlo. Es muy diáfano y grande. Se encuentra a 50 metros de este”.
Los jurados tienen la suerte de haber recibido numerosas botas de familiares y amigos. Entre sus favoritas, una en la que se ve una torera de espaldas, otra en la que aparecen dos alcaldes de barrio presenciando la corrida del viernes y otra en la que se observa de cara un torero: “Nos va a costar elegir cuáles subastamos”. Precisamente, la subasta estará amenizada por la charanga Wesyké de Arnedo. “Todas quieren venir a tocar a las fiestas para darse a conocer”, manifiestan. Con todo preparado, Estela y Óscar ya solo piensan en vivir unos días que “tenemos guardados en un rincón de nuestro corazón”.
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