Paloma lío a sus padres, Ana e Ignacio, para que se presentaran a jurados este 2025. Después de convencerles y de sumergirlos en una aventura “completamente nueva para nosotros”, se están esforzando para conseguir el máximo número posible de vecinos para mantener un formato de fiestas que llevan viviendo desde que eran pequeños.
¿Cómo vas a decir que no a tu hija? Eso es lo que les pasó a Ana Ayllón y a Ignacio Ruíz cuando Paloma les propuso que se presentaran a jurados de San Juan 2025. A sus 17 años, la joven convenció a sus padres para que se adentraran en una aventura que no tenían en mente. “Me dijo que iba a ser ella jurada con mi marido y me preguntó qué puesto quería ocupar. Le dije que la alcaldesa de barrio iba a ser yo para quitarle este auténtico monstruo”, expresa entre risas.
Una vez dieron el paso, se apuntaron en dos cuadrillas. Sin embargo, tras pensarlo mejor, optaron por borrarse de una y mantenerse en San Esteban, su barrio de toda la vida: “Consideramos que era esta o no era ninguna”.
El barrio se volcó con ellos en el Catapán, llenando de alegría una calle en la que los jurados solo veían cabezas: “Superó todas las expectativas y se nos pasó la tarde volando”. La emoción también embriagó a todos los presentes en un acto “muy emotivo” en el que los jurados del año pasado arroparon a los actuales.
Después de ese primer contacto, estos ya sueñan con los días de San Juan. Aunque no se quedan con ninguno en particular, “ya que nunca antes hemos estado en cuadrilla y todo va a ser nuevo para nosotros”, tienen especial ilusión por conocer desde otra perspectiva el Viernes ‘de Toros’. Ana tampoco se olvida de unas jornadas en Valonsadero que son sus favoritas “desde que llegan los toros en el Desencajonamiento hasta que se van en la Saca”.
Los colaboradores de la cuadrilla están recorriendo un vecindario que se caracteriza por contar con muchos estudiantes, al estar cerca de la Universidad, y con personas mayores, que “no dudan en entrar en fiestas, independientemente de cómo se encuentren”. A pesar de que piensan que la cifra no llegara a los 930 del año pasado, muestran su satisfacción por la respuesta de sus vecinos.
En ese sentido, les dan las gracias por colaborar en mantener “un modelo de fiestas por el que debemos de luchar”. Recalcando que, si se empiezan a plantear posibles cambios, va a ser muy difícil frenarlos, recuerdan que estas fiestas “son las que queremos los sorianos”.
Cada rincón del local de la cuadrilla tiene un significado muy especial para los jurados. En concreto, uno de ellos recoge imágenes de los padres de Ana cuando fueron jurados de San Juan hace 59 años. Ellos también son los protagonistas de una de las botas a la que más cariño tienen estos alcaldes de barrio: “Todas nos hacen ilusión, pero esa es la que más me gusta. La hizo mi amigo Óscar”.
En el resto del local tampoco falta la puerta de la Saca, el árbol de la música, una pared con fotos modernas o un homenaje al caballito de Soria con un jardín vertical. El logo, que se llevo a cabo por concurso entre los colaboradores de la cuadrilla, recoge momentos muy especiales en Valonsadero y rosas sanjuaneras.
Con todo ya cerrado, los alcaldes de este barrio recuerdan que lo pasaron mal para cerrar algunos preparativos como la charanga o el pan. “Los que teníamos mirados nos dejaron un poco tirados. Gracias a mi sobrina pudimos contratar a la charanga ‘Ablitas”, exponen. Respecto al pan, reconocen que no eran conscientes de que se necesitaban tantas barras de para el Domingo ‘de Calderas’: “Éramos novatos”. Superados esos obstáculos, ya solo piensan en disfrutar de unos días con “un alto sentimiento familiar gracias a la labor de nuestros padres; son unas fechas de risas, de juerga y de disfrutarlas con amigos de toda la vida”.
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