Esta pareja llevaba varios años con el gusanillo de ser alcaldes de barrio después de haber pasado hasta por cuatro cuadrillas como colaboradores. Además, Eduardo es un amante del Sábado ‘Agés’, ya que lleva ejerciendo como subastador desde 2013. Este año tendrá que vivirlos desde otra perspectiva, aunque no descarta subirse con su hijo a presentar alguna pieza.
Eduardo Soria y Rosana Gil por fin han conseguido ser jurados tras haber pasado hasta por cuatro cuadrillas como colaboradores. Tras muchos años con la idea en la cabeza, el pasado mes de enero lograron convertirse en los alcaldes de barrio de la Blanca. Aunque en un principio optaron a San Esteban, las ordenanzas municipales impidieron incluso que pudieran entrar a sorteo, ya que ella es nacida en Zaragoza. “En un primer momento nos quedamos desilusionados y salimos del Ayuntamientos bastante enfadados. No con la corporación ni con el resto de jurados, lo estábamos con unas ordenanzas que pensamos que son arcaicas”, manifiestan.
Sin embargo, estos recibieron una llamada pocos minutos después para volver al Consistorio, dándoles la posibilidad de convertirse en jurados de La Blanca. Sin pensárselo ni un segundo, Eduardo y Rosana dieron el paso. Para ella fue una alegría inmensa, “ya que quería que fuera un regalo para él; tenía esta ilusión desde que estaba en la tripa de su madre”. No obstante, ambos han optado por esperar hasta este año para que sus tres hijos fueran mayores y pudieran disfrutar junto a ellos de estos días tan especiales para la familia.
El Catapán fue su primer acto oficial como jurados. Ese día no lo olvidarán nunca nuestros dos protagonistas, dado que fue “algo espectacular”. Viviéndolo de una forma muy diferente al resto de años, recuerdan con especial cariño el agradecimiento de los vecinos de La Blanca. Además, no pueden esconder su emoción al rememorar como numerosos residentes de San Esteban se acercaron para darles ánimos en esta fecha tan especial.
Sin poderse quedar con un instante concreto, Eduardo y Rosana enumeran que todo fue “maravilloso” desde el momento del acto hasta que subieron a bailar al escenario.
Arropados por sus colaboradores, los jurados se muestran muy satisfechos con la respuesta del vecindario. Aunque siempre hay comentarios de que “se me ha muerto el perro” o “me voy a Singapur para fiestas”, la mayoría de vecinos han respondido positivamente. A falta de 173 casas, están muy cerca de alcanzar los 1000 del año pasado. “Es fundamental que la gente se apunte en sus respectivas cuadrillas. Luego se pueden hacer simpatizantes de las que quieran, pero es muy importante que colaboren con su barrio”, explican.
Respecto a la decoración del local, Eduardo y Rosana ya tenían muy adelantado el prototipo que querían. Durante la pandemia, la jurada empezó a diseñar el logo que le gustaría que luciera su cuadrilla y los símbolos que debían aparecer en cada una de las paredes. El tambor no podía faltar en la imagen representativa de la cuadrilla, ya que la familia está muy vinculada a él. En el resto del local podemos apreciar un mural de La Saca, otro dedicado a las peñas y otro a las cuadrillas. En este último, descubrimos un traje de piñorro que pertenece al hijo mayor de la pareja y un dibujo del palomar de la Dehesa. En la pared dedicada a las peñas, deslumbran con luz propia los escudos de cada una de ellas. Estos están acompañados por fotos de familia. Para ellos, son muy importantes. Eduardo ejerció de vicepresidente en Los Que Faltaban en 2017, año en el que las mujeres pudieron entrar por primera vez a la asociación. Dentro de estas imágenes, destaca una en la que se aprecia a uno de sus hijos entregándole una flor a la virgen de La Blanca.
Los alcaldes del barrio ya sueñan con vivir las fiestas de San Juan. A falta de menos de un mes para que se cumpla su sueño, estos ya tienen todo cerrado de cara a unos días en los que estarán acompañados por la charanga ‘Aires del Huerva’, grupo con “el que tenemos una especial relación desde que coincidimos hace años en una cuadrilla; se portaron muy bien con nosotros”.
Con todo ya a punto, Rosana espera con especial ilusión el Lunes ‘de Bailas’, una fecha muy señalada para ambos, dado que se conocieron aquel día cuando ella trabajaba en televisión: “Mis suegros me vieron por primera vez ese día, cantándole a mi marido con dos trencitas”. Por su parte, Eduardo no sabe elegir solo un día, aunque reconoce que los instantes previos a la Saca “son espectaculares”. Tampoco esconde su amor hacia un Sábado ‘Agés’ en el que ejerce como subastador desde 2013. A pesar de que piensa que este año no se va a subir al escenario a presentar piezas, su mujer no descarta que lo haga, acompañado de su hijo que está siguiendo sus pasos.
De esa manera, los jurados de la Blanca esperan con muchas ganas las fiestas de San Juan 2025. Con la ilusión de que todo salga bien, ambos piden a todos los sorianos que colaboren para que se pueda mantener este formato “durante muchos años, ya que sin ellos no se podrían llevar a cabo”.
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