Ruina, expolio y abandono: las claves de la inclusión de la ermita de Manzanares en la Lista Roja de Patrimonio

La asociación Hispania Nostra ha decidido incluir la ermita de Manzanares en su Lista Roja del Patrimonio. Está ubicada el despoblado de la demarcación de Tiermes y que pertenece al término municipal de Retortillo de Sori. Esta medida se toma ante el gravísimo estado de conservación del templo, que se enfrenta a un peligro inminente de derrumbe total y al continuo expolio de sus elementos arquitectónicos más valiosos. La ermita, que carece de cualquier tipo de protección legal específica, se suma así al listado de monumentos españoles que se encuentran en riesgo de desaparición. La denuncia busca una mayor visibilidad que pueda impulsar su consolidación y protección.

Estado actual: ruina y expolio

El estado de conservación es crítico. El tejado está totalmente derrumbado, aunque el arco de piedra que cruza la nave todavía resiste como un testigo mudo del abandono. Además, el inmueble ha sido víctima de un expolio continuado durante las últimas décadas, con la sustracción de elementos de gran valor como la pila bautismal y las columnas de arenisca talladas que formaban parte del portón de acceso.

Los muros, aunque todavía en pie, presentan un gran peligro de derrumbe, especialmente los pilares del contrafuerte posterior izquierdo. El contrafuerte derecho ya muestra signos evidentes de agrietamiento, y la sacristía adyacente, también expoliada de sus sillares y rejas, se está desmoronando. La situación se agrava con la caída de parte del muro del cementerio anexo, un deterioro acelerado por lo que la asociación considera como paso ilegal de ganado por la zona.

Un templo con historia y posible herencia romana

Se trata de una construcción de una sola nave con una capilla mayor de planta cuadrada y testero plano, separada de la nave por un arco de medio punto. El acceso se realiza a través de otro arco de medio punto dovelado y a los pies se conserva una espadaña de dos vanos. El templo está construido en piedra de mampostería, utilizando sillares de mayor calidad en esquinales, arcos, la puerta, los contrafuertes y la propia espadaña.

Aunque su construcción se sitúa probablemente en los siglos XVII o XVIII por su tipología, se cree que algunos de sus elementos, como los contrafuertes, podrían ser sillares romanos reutilizados de la cercana y abandonada ciudad de Tiermes, punto neurálgico de la economía durante el Imperio. Esta hipótesis vincula la historia del modesto templo con el rico pasado próximo a uno de los enclaves arqueológicos más importantes de la provincia.