Volver Noticias de Soria - SoriaNoticias.com
Soria mantiene el número de colegios abiertos

Soria mantiene el número de colegios abiertos

Actualizado 05/07/2025 03:59

En los últimos diez años, tres localidades han cerrado sus escuelas por falta de alumnos. Sin embargo, tres municipios han conseguido reabrirlas.

En la provincia de Soria, la falta de centros escolares en muchas localidades rurales no es algo nuevo, sino una problemática crónica que se arrastra desde hace décadas. Esta situación ha desembocado en un escenario insostenible: pueblos sin niños, sin escuelas y sin alternativas. Desde el año 2016, varios municipios se han visto obligados a cerrar sus escuelas por la falta de alumnado. Es el caso de Santa María de la Huerta, Matamala o Deza. Este último logró reabrir su escuela en el curso 2020/2021, pero lamentablemente tuvo que volver a cerrarla apenas dos años después, en el curso 2022/2023.

El problema no es únicamente la despoblación: la escasez de servicios como la educación alimenta un círculo vicioso que impide el arraigo de nuevas familias. En muchos pueblos de la provincia apenas quedan niños. Según el INE, en 2024 nacieron solo 446 niños en toda Soria, y en al menos 50 municipios no nació ninguno. Esto significa que hay pueblos enteros sin una sola criatura en edad escolar. En otros casos, hay niños, pero no escuela: muchos deben recorrer más de 20 o 30 kilómetros cada día para llegar a su centro. Una situación que, lejos de mejorar, se agrava.

Soria es la provincia con menor densidad de población de toda España: apenas 8,75 habitantes por kilómetro cuadrado, muy por debajo de los 95 de la media nacional. Esta despoblación tiene consecuencias directas, como el cierre de escuelas rurales. Entre 1968 y 1980 se clausuraron un total de 255 centros escolares en la provincia, siendo 1970 y 1971 los años más críticos dentro de ese periodo.

A pesar de este panorama, el sistema educativo en el medio rural soriano sigue resistiendo. En la última década, algunos municipios han logrado reabrir sus escuelas, como es el caso de Fuentelfresno, Villar del Río y, más recientemente, Bayubas de Abajo.

Aunque existen ciertas carencias, los resultados de los estudiantes sorianos son comparables a los de zonas mucho más favorecidas. En la última evaluación PISA, Soria se situó en el podio del ranking, alcanzando resultados similares a los de países como Canadá o los nórdicos. Detrás de esas cifras hay esfuerzo y compromiso, pero también una aparente contradicción: alumnos que rinden por encima de la media, a pesar de contar con menos recursos o ser muy pocos.

Precisamente, esa baja densidad de alumnado, que a menudo se percibe como una desventaja, puede ser una de las claves del éxito. En el sistema educativo público de Soria, ser pocos permite ofrecer una atención más personalizada. Muchas escuelas rurales cuentan con clases reducidas, de entre 6 y 10 estudiantes, lo que facilita que los docentes conozcan bien a cada alumno y puedan adaptar el ritmo y la metodología a sus necesidades.

Además, estos centros mantienen una estrecha conexión con el entorno natural y cultural, lo que enriquece la experiencia educativa. Sin embargo, todo esto no es suficiente para frenar la despoblación si no va acompañado de inversión, oportunidades de futuro y servicios que garanticen la permanencia de las familias en el medio rural.

Ahora bien, si ser pocos puede ser una ventaja en las etapas escolares, también supone un obstáculo cuando se trata de ampliar horizontes. Uno de los grandes problemas es la escasa oferta formativa. En toda la provincia solo se imparten 57 ciclos de Formación Profesional, frente a los más de 150 que existen en provincias como Valladolid. En cuanto a educación universitaria, la oferta también es limitada: el campus Duques de Soria de la Universidad de Valladolid solo cuenta con 11 titulaciones, ninguna relacionada con arquitectura o comunicación. En posgrados, la oferta se reduce a tan solo tres. La consecuencia directa es clara: solo el 20 % de los jóvenes sorianos se matriculan en la universidad de la capital, frente al 80 % que decide marcharse fuera en busca de grados que no se ofrecen en la provincia.

La escasez de medios también afecta al funcionamiento diario de los centros educativos rurales. A menudo, las escuelas presentan instalaciones deficientes, escaso material didáctico y dificultades para acceder a nuevas tecnologías. La falta de personal especializado y la alta rotación del profesorado dificultan tanto la elaboración como el desarrollo de planes educativos estables. Además, muchos centros carecen de un marco legal que contemple su especificidad, y sufren una percepción de abandono por parte de la Administración, lo que genera un sentimiento de inferioridad entre padres y alumnos.

La brecha digital agrava aún más la desigualdad. Aunque el Gobierno prevé, a través del programa ÚNICO, que en 2025 el 100 % de las viviendas tengan acceso a banda ancha de más de 100 Mbps, actualmente muchos hogares rurales de Soria siguen sin disponer de conexión a internet por fibra óptica ni de cobertura móvil de calidad. Esto impide que recursos como las clases online, las plataformas educativas o los contenidos digitales lleguen a toda la población por igual. En una provincia donde, durante el invierno, hay pueblos que quedan incomunicados por la nieve, la falta de conexión supone también una barrera para el acceso a la educación.

El riesgo es claro: si no hay educación en el territorio, tampoco hay infancia. Y sin infancia, no hay relevo generacional. No hay nuevos habitantes, no hay médicos, no hay comercios, no hay vida. Recuperar la escuela rural no es solo una cuestión educativa: es una estrategia de supervivencia. Apostar por centros escolares vivos, con una oferta formativa adecuada, conectividad digital y recursos humanos suficientes, es clave para que los pueblos de Soria no desaparezcan del mapa.

Únete al universo Soria Noticias Descárgate nuestra APP, entra en nuestro canal de WhatsApp o síguenos en redes.