Por una ciudad mejor

Las obras de nuestras travesías empiezan a demostrar cambios en Soria. Cierto es que, bien en la mayoría de los casos, regular en otros, y mal excepcionalmente en algunos, los cambios nos favorecen en casi todo, pero por encima del resto, por la estética de la propia ciudad. Nos quejaremos de hacernos ir a las rotondas en todos los casos, de que ya no existe el cambio de sentido fácil en cualquiera de nuestras calles, pero está claro que la circulación exige unas normas y ahora las cambia la nueva configuración de algunas calles. Y no hay mucho más que lo razone.

Pero no quería yo que esta fuera la única razón para escribir y contar mis pensamientos sobre las nuevas o viejas calles. Lo que más me llama la atención es la falta de pequeños detalles que harían posible una mayor seguridad en la circulación de vehículos y peatones. Me sorprende que se pueda aparcar prácticamente encima de los pasos de cebra, cuando la mayoría de ellos, por no decir todos, necesitarían un espacio libre de aparcamiento para facilitar la visibilidad de los peatones que quieren cruzar la calle por el citado paso y no se ven lo suficiente. En algunas ciudades más modernas que la nuestra hay incluso llamativas señales luminosas cuando hay peatones cruzando. En Soria, al parecer, no ha llegado esta tecnología.

Los aparcamientos de discapacitados son mínimos. En el centro de la ciudad, donde más se debieran de necesitar por lógica, casi se cuentan con los dedos de la mano. Puede incluso resultar curioso que han ido colocándolos desde nuestro Ayuntamiento en las calles donde los han necesitado las personas con discapacidad que en ellas viven. Pero no debiéramos de pensar en que se hagan a la medida, sino que se hagan en todas las calles para poder tener preparado el espacio que necesita la persona que más difícil tiene el acceso.

Las motos en Soria están condenadas a aparcar en las aceras. Aunque han ido creciendo poco a poco los aparcamientos marcados para motocicletas, todavía parece una quimera pensar en ser posible aparcar los de dos ruedas en zonas destinadas sólo a ellas. Y, por supuesto, podrían ser en zona azul siempre y cuando se marcaran los espacios para ello y, para el caso de un espacio mucho más reducido que para los coches lo que conllevaría un precio más acorde a todo ello. De momento, en Soria no lo hemos pensado.

Y no me gustaría olvidarme de la señalización. De la vertical y de la horizontal. De la que delimita una zona de aparcamiento blanca de zona azul. De espacio sin aparcamiento por circunstancias, que podrían tener elementos icónicos para llamar la atención del conductor. De zonas de colegios donde hay que reservar y preservar la zona de salida para quienes no entienden que se necesita mucha más visibilidad y por ello no se puede meter el coche hasta la puerta. Una ciudad que, en el fondo, sea mejor; es cuestión de todos. Es obligación de todos.