Autos locos San Leonardo 2025

San Leonardo de Yagüe vivió este miércoles, 23 de julio, una de las citas más esperadas de sus fiestas en honor a Santa María Magdalena: la III Carrera de Autos Locos. Ingenio, velocidad y mucho humor se dieron la mano en un evento que congregó a numerosos participantes y a un público entregado. Los vehículos, a cada cual más original, demostraron el gran trabajo y la creatividad de sus constructores.

La prueba, que ya se ha consolidado como un clásico en el programa festivo, no solo premia la velocidad, sino que valora especialmente la originalidad y la intrepidez de las propuestas. Desde artilugios inspirados en películas hasta creaciones abstractas, las calles de la localidad se convirtieron en un circuito lleno de sorpresas y diversión para todas las edades, donde el único motor permitido era el de la imaginación.

Requisitos para los pilotos y sus bólidos

Según las bases publicadas por el Ayuntamiento de San Leonardo de Yagüe, organizador del evento, todos los participantes debían cumplir una serie de normas para garantizar tanto la seguridad como el espíritu de la competición:

• Edad de los conductores: Deben ser mayores de 16 años. Los menores de esa edad pueden participar siempre que cuenten con la debida autorización.
• Estructura del vehículo: Es obligatorio que el auto loco tenga un mínimo de tres ruedas y disponga de volante o manillar para su dirección.
• Seguridad: El uso del casco es completamente obligatorio para todos los pilotos.
• Propulsión: Los vehículos no pueden llevar ningún tipo de tracción a motor, dependiendo únicamente de la inercia.
• Construcción: El vehículo no puede ser soportado por el propio peso de la persona y debe ser 100% casero.
• Sin límites: No existe ninguna restricción en cuanto a las medidas o el peso de los bólidos, dejando vía libre a la imaginación.

Una categoría especial para la velocidad

Además de los premios principales, la organización contempló una categoría especial para los 'prototipos de inercia'. Tal y como se especificaba en las bases, estos vehículos, diseñados específicamente para alcanzar la máxima velocidad posible, podían participar y optar a un trofeo específico en esta modalidad. Sin embargo, no competían por los premios generales, reservados para las creaciones que mejor combinan originalidad y puesta en escena.