Mientras el esloveno Tadej Poga?ar domina con puño de hierro el Tour de Francia y se espera que se corone en París, la memoria ciclista nos transporta a un hito histórico para nuestra tierra. Y es que, aunque su rostro y su voz sean familiares para millones de aficionados, muchos podrían sorprenderse al recordar que el único ciclista de Castilla y León que ha conquistado los Campos Elíseos nació en Segovia. Hablamos, por supuesto, del legendario Pedro 'Perico' Delgado.
El Tour de Francia de 2025 avanza hacia su conclusión en París con un guion que parece escrito de antemano. El esloveno Tadej Poga?ar domina la carrera con un puño de hierro y, salvo una hecatombe improbable, se espera que se proclame campeón por cuarta vez en los Campos Elíseos. Su actuación está siendo una exhibición de principio a fin, recordando a su memorable victoria de 2024, donde no solo se adjudicó el doblete Giro-Tour, un hito que no se veía desde Marco Pantani en 1998, sino que lo hizo con una superioridad abrumadora . En aquella ocasión, se llevó seis etapas y dejó a su más inmediato perseguidor, Jonas Vingegaard, a más de seis minutos en la clasificación general.
La exhibición del nuevo rey del ciclismo es también una oportunidad para la nostalgia y el reconocimiento. Mientras el mundo aplaude al esloveno, es de justicia recordar que el ciclismo español, y más concretamente el de Castilla y León, ya tocó el cielo en París. Mucho antes de la era Poga?ar, un ciclista carismático y valiente, nacido en Segovia, se vistió de amarillo para la historia. Un nombre que, para muchos, está más asociado a los micrófonos que a los maillots, pero cuyo legado deportivo es imborrable.
Pedro 'Perico' Delgado Robledo, nacido en la capital segoviana el 15 de abril de 1960, es hasta la fecha el único castellano y leonés en el selecto club de ganadores del Tour de Francia. Lo consiguió en 1988, en una edición épica que lo consagró como una de las grandes figuras del ciclismo mundial. Su carrera profesional, que se extendió desde 1982 hasta 1994, estuvo plagada de éxitos, pero fue su victoria en la ronda gala la que marcó un antes y un después para el deporte español.
Perico dio una impresionante exhibición desde la 12ª etapa, con final en el Alpe d'Huez, donde se vistió de líder. Ya vestido de amarillo, ganó la 13ª estapa, una CRI entre Grenoble y Villard de Lans. El segoviano metió más de 7 minutos al segundo clasificado, Rooks, y casi 10 al tercero, Fabio Parra.
Su fortaleza en la montaña y su consistencia en la contrarreloj evidenciaban que Delgado era un ciclista con muchos recursos. Pero la fortuna (y algún que otro despiste) hizo que solo pudiera ver París desde lo más alto del podio en una ocasión. Aunque, eso sí, estuvo entre los tres mejores dos ocasiones más: en 1987, cuando se quedó segundo y a 40" de derrocar a Roche, y en 1989, cuando fuer tercero y espectador de lujo en la batalla LeMond-Fignon.
Pero su palmarés no se detiene ahí. Delgado fue un corredor de grandes vueltas por excelencia, como demuestra su doble victoria en la Vuelta a España, en los años 1985 y 1989. A lo largo de su trayectoria acumuló un total de 49 victorias como profesional, dejando una huella imborrable por su estilo de ataque y su capacidad para conectar con el público.
Los logros más destacados de Perico Delgado son un testimonio de su grandeza en la carretera:
La carrera de Delgado también fue el escenario de uno de los relevos generacionales más fascinantes del ciclismo español. A finales de los 80 y principios de los 90, la afición vivió una sana pero intensa división entre los 'periquistas', fieles al carismático segoviano, y los que veían en su compañero de equipo, el navarro Miguel Induráin, al futuro dominador del ciclismo. El debate se zanjó de forma definitiva en el Tour de Francia de 1991. Induráin, que partía como colíder, demostró una superioridad aplastante, y el propio Delgado asumió con profesionalidad un rol de gregario de lujo para asegurar la victoria de su compañero. Aquella victoria no solo fue la primera de las cinco consecutivas del navarro, sino que unificó a toda la afición, que se rindió ante el nuevo rey del ciclismo español.
Tras su retirada del ciclismo profesional, Perico Delgado no se alejó del deporte que le dio todo. Se reinventó como comentarista para Televisión Española, donde, junto a Carlos de Andrés, se ha convertido en la voz experta y cercana que acompaña a los aficionados en cada retransmisión de las grandes vueltas. Su profundo conocimiento y su particular estilo han permitido que su legado siga vivo, enseñando los entresijos de este deporte a nuevas generaciones que hoy vibran con Poga?ar, pero que deben saber que, hace décadas, un segoviano ya les enseñó el camino a la gloria en París. Delgado no fue el único castellanoleónes que participó en el Tour de Francia: hubo otros que fueron los reyes de la montaña, o que nacieron en Soria.
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