Adoración Cacho, un siglo de vida y memoria en Dévanos

La emoción y el cariño han sido los protagonistas este mediodía en Dévanos, un pueblo que se ha volcado para celebrar el centenario de su vecina más longeva, Adoración Cacho Cacho. El acto central ha reunido a varias generaciones que han querido rendir tributo a una mujer cuya biografía está íntimamente ligada a la historia reciente de la comarca del Moncayo.

El homenaje ha contado con la presencia de representantes de la Diputación provincial y del Ayuntamiento de Dévanos, quienes han querido sumarse a la celebración familiar y vecinal, reconociendo así una vida excepcional que alcanza el siglo de duración.

Homenaje institucional y calor vecinal

La jornada de celebración ha comenzado en la iglesia parroquial de Dévanos con una misa en honor a la centenaria. Al finalizar el oficio religioso, al que han asistido numerosos vecinos y familiares, la fiesta se ha trasladado al bar de la localidad, donde todos han podido compartir un aperitivo y felicitar personalmente a Adoración.

Durante el encuentro, se ha desarrollado un entrañable acto de reconocimiento. La diputada provincial, Elia Jiménez, ha hecho entrega a la homenajeada de una placa conmemorativa y de un pergamino con la reproducción del acta de su nacimiento. Por su parte, el alcalde del Ayuntamiento de Dévanos, Jesús Mayo Fernández, acompañado por los concejales Félix Luengo Sevillano y Jesús Mayor Mayor, le ha obsequiado con un ramo de flores en nombre de toda la corporación municipal.

Una vida entera en el corazón del Moncayo soriano

La historia de Adoración es la de una mujer arraigada a su tierra. Su trayectoria vital es un reflejo de la vida en el mundo rural soriano durante el último siglo, marcada por el trabajo, la familia y un fuerte sentimiento de comunidad.

Orígenes y familia

Adoración Cacho Cacho nació en Dévanos el 4 de agosto de 1925. Hija de Nicolás Cacho y Narcisa Cacho, fue la mayor de tres hermanos, Francisco y Nicolás, ambos ya fallecidos. Toda su vida transcurrió en su pueblo natal hasta que, a los 98 años, se trasladó a vivir a Ágreda junto a sus hijos.

Recuerdos de juventud y trabajo

Guarda muy buenos recuerdos de su paso por la escuela, especialmente de su maestra, Pilar Monteseguro, y de su afición por la lectura y las cuentas. Tras finalizar sus estudios, Adoración ayudaba a sus padres en la cantina que regentaban en Dévanos, un establecimiento que abastecía de alimentos y productos a todo el pueblo. También acompañaba a su padre a vender por las localidades cercanas.

Matrimonio e hijos

El 11 de octubre de 1947 contrajo matrimonio con Benjamín Cacho Lavilla, también de Dévanos y fallecido en 2004. Juntos se dedicaron a la agricultura; él en las labores del campo y ella al frente de las tareas del hogar, sin dejar de ayudarle en el campo cuando era necesario. Fruto de su matrimonio nacieron sus tres hijos, Francisco, Mari Carmen y Benjamín, quienes actualmente viven en Ágreda. De ellos tiene cinco nietos y dos biznietos.

El secreto de la longevidad: jotas, cartas y buena conversación

A sus cien años, Adoración sigue siendo una mujer alegre y sociable. Entre sus grandes aficiones se encuentran cantar, en especial jotas y rancheras, y los juegos de cartas como la brisca y el guiñote. Mientras vivió en Dévanos, era habitual que se juntara con sus vecinas para "echar la partida" o que saliera "a la fresca" en verano para conversar con los vecinos de toda la vida.

A pesar de su edad, conserva una buena memoria y le encanta recibir visitas y conversar. Quienes la conocen destacan su carácter amigable y el profundo amor por su pueblo, del que le costó mucho marcharse. Quizás, esa vitalidad social y sus ganas de seguir compartiendo vivencias sean el gran secreto de una vida tan longeva y plena.