Desde Berlanga, Enrique Rubio para Soria Noticias.
Decir que la provincia de Soria manifiesta un aumento significativo de población en estas fechas de agosto creo que no sorprenderá nadie. El ritmo cambia radicalmente de lo que son los días del resto del año, aunque también haya fechas como las de Semana Santa, que son pequeños cantos de cisne para muchos de nuestros pueblos.
Es en estos días cuando en los 183 municipios y los más de 500 núcleos de población que los conforman, la actividad se multiplica, del mismo modo que las viandas en las casas donde todavía se hace la matanza. Sobre todo, en aquellos pueblos que se vienen a llamar ahora pedanías o barrios, los cuales guardan la memoria de su identidad propia, pues otrora muchos fueron municipios a los que la agrupación que se llevó a cabo, entre los años 1950 y 1970 a causa del éxodo masivo de sus habitantes en busca de otro futuro, los llevó a entrar en esta situación administrativa al verse privados de los recursos que proporcionan los vecinos no empadronados. Como decía, la actividad se multiplica. Actividad de todo tipo, proliferando las generadas por ayuntamientos, asociaciones de amigos o los comunes de vecinos que generan actividades de ocio para su tiempo vacacional y, en gran medida, con la intención estival y romántica de mantener vivos los pueblos. Fiestas, conciertos, semanas culturales, gaiteros, exóticas batucadas, torneos de toda clase de deportes, charangas, comidas, calderetas y un largo etcétera tan diverso como la imaginación de un montón de sorianos de corazón o de diario somos capaces de crear.
Carreras de caracoles en Peroniel del Campo a teatro de Lorca en un yacimiento como el de Tiermes, el Luminaria Sound de Pedro, la Trashumancia de Gallinero o el concurso de Gayarelatos en Tardelcuende son algunas de ellas. Dos de las propuestas con más recorrido en estas inquietudes y demostrando que -aquí- el número de habitantes no importa- para año tras año hacer propuestas de calidad- son las Jornadas Musicales de Calatañazor que este año cumplen su 49 edición, y los cursos de verano que cogieron el testigo de la Universidad de Santa Catalina, los cuales alcanzan ya los 38 veranos.
Fue precisamente en estos últimos, y durante la conferencia inaugural llevada a cabo de manera magistral por la investigadora catalana y profundamente ligada y conocedora de nuestra provincia, Dra. Anna Muntada, donde pudimos ver la importancia que tiene nuestra provincia como tierra de fronteras y de gran actividad cultural, por ser tierra de paso que ha tenido el privilegio -ahora olvidado- de influir en los designios de la historia de nuestro país. Todo ello, llevado por el hilo conductor de, valga la redundancia, la maestría y minuciosidad de la mano de ‘El maestro de Osma’. Deleitando y mirando su obra nos llevó más que a conocer, a reconocer en ella al personaje anónimo que, desde el monasterio, hoy desgraciadamente reducido a ruinas, de San Jerónimo de Espeja y a caballo entre los siglos XV y XVI, creó obras de las mas relevantes del momento. Los muchos años de anonimato de este artista han sido revelados por la hipótesis mucho mas que verosímil de la Dra. Muntada, quien ha revelado que se trataba de Lorenzo de Gumiel. Nacido en Gumiel de Izan, el cual pertenecía a la Diócesis de Osma y a quien es preceptivo reconocerle su mérito, aunque él no lo buscase.
No sé si el citado monje de Gumiel se enfadaría por saber que su identidad ha sido revelada y preferiría seguir enclaustrado, pero a mi modo de ver creo que reconocer el nombre es reconocer al artista, quien por devoción llegó a realizar unas obras maestras. Me van a permitir que en este momento me acuerde de quien no es ni monje ni pintor, ni tampoco sé si se enfadara por nombrarlo en este texto, pero espero que no. Es David quien, venido desde Tauste en su Torrevicente, con un trabajo silencioso y con un tesón envidiable, pretende que las tierras del sur de Soria por las que transcurre el río Talegones no se olviden. Y lo hace poniendo su trabajo, como cuando -con la ayuda de su padre- coloca las piedras de la orilla del río para los que llegan desde Lumías viendo el espectáculo de los narcisos en primavera. O cuando creyendo en esa tierra de frontera entre moros y cristianos, pero tratando de representar su lado más humano, ha erigido en esta pedanía de Retortillo un busto de Rodrigo Díaz de Vivar para que aquellos que pasan recorriendo el Camino del Cid tengan el placer de pararse un ratito a descansar.
Sin duda, a Lorenzo de Gumiel lo podemos conocer por sus obras antes ocultas tras el anonimato del Maestro de Osma. Así como a muchos otros amantes de sus pueblos, a David, o como él preferiría, a su pueblo, lo podemos conocer descubriendo en el no un lugar perdido, sino un lugar como tantos de nuestra provincia perfecto para reencontrarnos.
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