Almenar de Soria acoge la celebración anual del Día del Misionero Soriano, un evento que ha reunido a más de 200 personas. Presidido por el obispo Abilio Martínez Varea, el acto ha servido para escuchar los testimonios de religiosos que desarrollan su labor en países como la República Centroafricana, Brasil, Venezuela o Camerún, exponiendo las duras realidades sociales y los focos de esperanza que encuentran en sus misiones.
La localidad de Almenar se convierte este viernes en el epicentro de la solidaridad diocesana con la celebración del Día del Misionero Soriano. La Iglesia de la Virgen de la Llana acoge un encuentro que reúne a más de 200 personas, entre fieles, familiares y religiosos, para reconocer la labor de los 72 misioneros que la provincia tiene repartidos por todo el mundo.
El acto, que cuenta con la presidencia del obispo de Osma-Soria, monseñor Abilio Martínez Varea, ha contado con la presencia destacada de monseñor Jesús Ruiz Molina, obispo de Mbaïki en la República Centroafricana y vinculado a la localidad soriana de La Olmeda. La jornada se ha iniciado con una Eucaristía en la que el obispo ha recordado también la festividad de Santo Domingo de Guzmán, patrono secundario de la Diócesis.
Tras la celebración litúrgica, el foco se ha puesto en las voces y experiencias de quienes viven la misión en primera persona. Sus testimonios dibujan un mapa de las dificultades y esperanzas que se encuentran en diferentes rincones del planeta, desde conflictos armados y pobreza extrema hasta comunidades llenas de vitalidad.
El delegado de Misiones, Óscar Carrascosa, fue el encargado de iniciar el turno de intervenciones leyendo una carta de Alberto Cisneros Izquierdo. Este sacerdote diocesano, que regresó hace un año a su misión en Esmeraldas (Ecuador), detalló su trabajo centrado especialmente en la protección de la infancia en un entorno complejo.
Monseñor Jesús Ruiz Molina relató la dura situación de la República Centroafricana, un país inmerso en un conflicto armado desde 2013. Según ha detallado, la violencia ha provocado que "un tercio de la población esté desplazada y el 60 por ciento de los niños sin escolarizar". Desde su misión, atienden numerosas escuelas y acaban de abrir un instituto. Ruiz Molina también explicó su labor con el pueblo pigmeo, que está "siendo expulsado de la selva, privándolos de todos sus derechos". A pesar de todo, afirmó que "el Evangelio produce vida y hay que sembrar esperanza ya en esta vida", añadiendo que "la gente sencilla cree y nuestra fuerza es la Fe de los pobres".
Desde Camerún, Emilio José Almajano, natural de Aldealafuente y con dos décadas en el país, aseguró que "allí la misa es una fiesta, son comunidades muy vivas". Sin embargo, lamentó la corrupción generalizada en una nación que lleva 42 años con el mismo presidente. Por su parte, la dominica Maria Auxiliadora Hernández, de Castilruiz y con 30 años en Mozambique, contó con alegría que su destino tiene "una iglesia muy viva, con muchos bautismos y los seminarios llenos".
La realidad de la Amazonia fue expuesta por Javier Martínez Rodrigo, natural de Ólvega. En la zona norte de Brasil, cerca de Perú y Colombia, trabaja con el pueblo amazónico en un "santuario de vida con enormes distancias". Alertó de que aún existen pueblos sin contacto con el hombre blanco y que "allí hay que luchar para que tengan vida" y por la ecología para mantener la selva y la diversidad cultural indígena.
Una de las intervenciones más duras fue la de Demetrio Jimenez, de Castilruiz, quien lleva 24 años en Venezuela. Describió un país con un enorme potencial pero "absolutamente empobrecido", hasta el punto de no tener bisturís para las operaciones. "Todo el que puede se escapa de Venezuela y ya ha emigrado el 25 por ciento de la población", lamentó.
El sacerdote Martín Zamora recordó que estos encuentros misioneros cumplen ya más de treinta años de historia, consolidándose como una cita fundamental para la Diócesis. En el acto también se reconoció la labor de Paquita Puente, quien sirvió durante 51 años en Colombia y ahora continúa su labor en Barcelona.
Además, se puso en valor la iniciativa solidaria de recogida de papel que lideran Juan José Rodrigo Soria y su compañero Jesús. Gracias a este proyecto, que destina los fondos a las misiones, se han recaudado 40.073 euros en los últimos años. Desde la organización se sigue haciendo un llamamiento para encontrar voluntarios que ayuden a ampliar esta importante labor de reciclaje solidario.
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