La novena edición de la Vuelta Ciclista Junior a la Ribera del Duero se celebrará del 22 al 24 de agosto, manteniendo por quinto año consecutivo su categoría UCI. La prueba, un referente para las futuras estrellas del ciclismo, volverá a contar con la provincia de Soria como escenario clave, acogiendo el final de la segunda y previsiblemente decisiva etapa en el alto de la Laguna Negra de Vinuesa.
La Vuelta Ciclista Junior a la Ribera del Duero calienta motores para su novena edición, que se disputará entre el 22 y el 24 de agosto. La organización ha confirmado el recorrido de una prueba que, por quinto año consecutivo, cuenta con el prestigioso sello de la Unión Ciclista Internacional (UCI), consolidándose como una cita de referencia en el calendario internacional para las jóvenes promesas del pelotón.
Según la información facilitada por la organización, la ronda constará de tres etapas que recorrerán carreteras de Burgos y Soria, siendo la provincia soriana, una vez más, un escenario determinante para el desenlace de la carrera. Los finales de etapa se han fijado en Baños de Valdearados (Burgos), la Laguna Negra de Vinuesa (Soria) y Aranda de Duero (Burgos), conformando un trazado variado y exigente.
Como carta de presentación, el diseñador gráfico Alberto Pérez ha creado un cartel que rinde homenaje al ganador de 2024, el corredor brasileño Henrique Ribeiro. La imagen elegida es precisamente la de su llegada a la meta en la Laguna Negra durante la pasada edición, un momento que le sirvió para alzarse con el liderato y, finalmente, con la victoria general, lo que subraya la importancia del puerto soriano en la competición.
La carrera se estructura en tres jornadas que pondrán a prueba la resistencia y estrategia de los equipos participantes. La segunda etapa, que transcurrirá íntegramente por tierras sorianas, se perfila como la jornada reina de esta edición.
La primera toma de contacto con la competición tendrá lugar el viernes 22 de agosto.
Tras el éxito del año anterior, la mítica subida soriana volverá a ser el gran atractivo de la vuelta. Se espera que este final en alto sea decisivo para la clasificación general.
La vuelta concluirá el domingo con una etapa en el corazón de la Ribera del Duero burgalesa, que coronará al ganador final.
El hecho de que la Vuelta a la Ribera del Duero mantenga la categoría UCI por quinto año consecutivo no es un detalle menor. Este reconocimiento de la Federación Internacional de Ciclismo implica el cumplimiento de estrictas obligaciones organizativas y un elevado estándar de calidad. Gracias a ello, la prueba atrae a los mejores equipos junior del panorama nacional e internacional, ofreciendo un escaparate para los ciclistas que en el futuro competirán en las grandes vueltas.
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