El premio Espíritu Numantino recae en el médico Raúl Incertis por su trabajo en Palestina. Santamaría señala que el hambre y el aislamiento sanitario contra población civil no pueden usarse como arma de guerra como ocurría hacia 2.000 años. El Ayuntamiento busca un mejor encaje cultural y turístico para el evento.
El ejército imperial romano y el pueblo y los guerreros celtíberos volverán a verse las caras en la noche de este sábado 23 de agosto en la capital soriana. Una fecha en la se celebra la Vulcanalia, “el inicio de una guerra injusta”. Una “fiesta con identidad” que busca no solo atraer a los sorianos sino satisfacer la demanda de “turismo experiencial”.
La cita será en el entorno del antiguo Banco de España con un videomaping que narrará una parte de la historia de como Numancia entró en guerra con el imperio romano. El evento comenzará a las 21:46 horas con el desfile desde la plaza Mayor del ejército romano y desde la puerta de la Dehesa del celtibero.
El acto central comenzará a las 22:00 frente al Banco de España con un videomaping que recrea una parte de la historia. Posteriormente, todo el espectáculo se trasladará frente al palacio de la Diputación para encender el pebetero de Numancia y entregar el premio Espíritu Numantino. La actuación está organizada por el Ayuntamiento de Soria y la asociación cultural celtibérica Tierraquemada de Garray.
El premio espíritu numantino recae este año en el médico Raúl Incertis. Este anestesista es uno de los trabajadores internacionales de Médicos Sin Fronteras desplazados en el sur de la Franja de Gaza. En palabras de Alberto Santamaría, Numancia está “humanamente hermanada con los gazaties” y denuncia que “no podemos permitir que en pleno silgo XXI estemos repitiendo” la historia.
El presidente de Tierraquemada pide “justicia” y que deje de usarse “el cerco sanitario y del hambre” como herramienta de guerra. Santamaría ve en la franja “los valores de resistencia, supervivencia y lucha por lo que se considera que es justo” que convirtieron a Numancia en un mito universal e inmortal. Raúl Incertis, cuya familia paterna tiene orígenes sorianos, recibirá el premio en persona y dará un pequeño discurso.
El acto se ha presentado hoy en el Ayuntamiento de Soria como una de las “experiencias más singulares” del verano en la ciudad, en palabras de la concejal de turismo Yolanda Santos. Santos ha destacado “la base histórica” de un evento que busca “aprovechar un evento cultural e histórico” para hacer un “algo diferenciador” en la ciudad a nivel turístico.
Desde Tierraquemada, Rubén García y Alberto Santamaría, han destacado que esta efeméride se celebra no solo con el desfile sino también con recreaciones, conferencias o publicaciones. Como novedad, este año habrá un “audio de la batalla” que acompañará al videomaping.
Las actividades previas comenzarán el martes 19, con la presentación del libro Relatos de la Celtiberia a las 20:30 en el Espacio Alameda a cargo de su autor, Herman Ruiz. El miércoles 20 tendrá lugar la charla ‘Qué han hecho los romanos por nosotros’ a cargo del creador de contenido histórico Javier Sanz, de ‘Historias de la historia’. Será a las 20:00 en el Casino.
El punto científico lo pondrán Óscar Bonilla y Ángel Santos con su conferencia ‘La Edad del Hierro en la Huecha’ el jueves a las 20:30 en el Casino y Carlos Sanz con la conferencia ‘Pintia y las guerras celtibéricas. Campaña de castigo contra una ciudad vaccea’, l viernes a las 20:00 y también en el Casino.
La Vulcanalia de este 2025 no contará con recreaciones históricas en la Dehesa ni con batallas y representaciones en la plaza de toros tal y como ocurrió en los años pasados. Preguntada por Soria Noticias por esta circunstancia la concejal, Yolanda Santos, ha indicado que se está “trabajando en la manera de explotar este recurso turístico”. Por ello antes de “repetir” se ha apostado por una pausa para “repensar” qué quiere hacer el consistorio.
Con una cantidad superior a 35.000€ para este evento, el Ayuntamiento señala que el objetivo es “dar una vuelta” al evento para lograr que “llame la atención” y atraiga turistas a Soria y no sea simplemente una actividad que “te encuentras” por la calle y disfrutas. Santos considera que tiene “capacidad suficiente para atraer gente” pero la época del año, marcada por la historia, no ayuda.
Otro reto es “mantener el rigor histórico” que caracteriza a Tierraquemada y, a la vez, “hacer algo que llame la atención para la gente que quiere verlo como un espectáculo”. Santamaría valora y reconoce los “esfuerzos del consistorio” y señala que “es difícil atraer gente nueva de fuera de la provincia en agosto”. “Este año quedarnos con la base para replantear hacia donde queremos que vaya en futuros años”, resume la edil y Santamaría cierra desde Tierraquemada: “Estamos viendo cómo le damos una vuelta para hacer un evento que cubra las dos cosas (turismo y cultura), con un presupuesto adecuado”.
La Vulcanalia, también conocida como Vulcanales, era una festividad anual celebrada en la Antigua Roma cada 23 de agosto. Su propósito principal era honrar a Vulcano, el dios del fuego, los volcanes y la forja. La elección de esta fecha no era casual, ya que coincidía con el apogeo del calor estival, un período en el que el riesgo de incendios representaba una amenaza directa para las cosechas de grano ya almacenadas en los graneros [1]. Por tanto, la festividad tenía un carácter eminentemente preventivo y propiciatorio, buscando apaciguar a la deidad para proteger los recursos agrícolas de la comunidad.
Según las fuentes históricas, las prácticas más comunes incluían:
Más allá de su significado religioso en Roma, la fecha del 23 de agosto adquirió una connotación especialmente sombría para los romanos debido a un acontecimiento ocurrido en la península ibérica. Según relata el historiador Apiano, el 23 de agosto del año 153 a.C., durante las Guerras Celtibéricas, el ejército romano bajo el mando del cónsul Quinto Fulvio Nobilior se enfrentó a una coalición de fuerzas celtíberas, compuestas por numantinos y segedenses.
La batalla, que tuvo lugar en las cercanías de Numancia, se saldó con una estrepitosa derrota para los romanos, que sufrieron la pérdida de unos 6.000 legionarios. El desastre fue de tal magnitud que Roma decidió declarar oficialmente esa fecha como un día nefasto en su calendario, un día en el que se prohibía entablar cualquier batalla para evitar atraer de nuevo a la mala fortuna. Esta conexión histórica vincula directamente una festividad romana con uno de los episodios más significativos de la resistencia numantina.
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