No solo se quema el monte

España arde por los cuatro costados hace años, y se está convirtiendo en un erial yermo. Los incendios, las inundaciones y demás fenómenos naturales descubren la realidad que sufrimos: apenas hay previsión, escasa capacidad de coordinación y el agravante ideológico para omitir actuaciones imprescindibles que minimicen daños.

El esperpento ejemplificado: de Béjar (Castilla y León) a Jarilla (Extremadura) hay 36 km, y no se enviaron bomberos al mayor incendio de la historia de Extremadura –gobernadas las dos por el Partido Popular- porque eran comunidades distintas. Y el Gobierno Central inhibido sin asumir de inmediato el control como le faculta la ley. Una maraña burocrática y política capaz incluso de dejar de socorrer a personas y de buscar rédito electoral en la catástrofe.

En un tiempo donde pagamos más impuestos que nunca –para tener peores trenes, infraestructuras, sanidad etc.-, los incendios son solo uno de los fuegos que nos asolan, paradigma de la grave enfermedad que sufrimos: Gobierno central y autonómicos gastan muchas veces más en lo accesorio que en lo esencial, y los dos muestran la misma incompetencia cuando no negligencia. El bipartidismo del PSOE y PP, aparte de sus corruptelas sistémicas, es incapaz de mantener servicios públicos otrora eficientes. Gastan en sindicatos, igualdad y en inmigración ilegal por ejemplo, pero recortan en operativos contraincendios. Por eso recogemos una patera a 900 km de nuestras costas pero hay pueblos arrasados por las llamas en Castilla y León; y ese bombero mal pagado que llega tarde y exhausto duerme en el suelo de un polideportivo y come un bocadillo mientras miles de ilegales son alojados en hoteles y reciben un racionado caliente.

Peores servicios públicos, robos con fuerza y agresiones sexuales creciendo, vivienda, energía y comida cada vez más caras con los sueldos devaluados…¿me puede decir alguien de qué puto Gobierno de progreso hablan?