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¿Los montes de Soria son realmente un ejemplo de gestión forestal?

¿Los montes de Soria son realmente un ejemplo de gestión forestal?

Actualizado 03/09/2025 20:03

Soria y Burgos están apareciendo estas semanas, en prensa y numerosas tertulias de programas nacionales de televisión y radio como ejemplos de mantenimiento de los bosques y de gestión forestal. Pero nuestros contertulios de 'Charla a 2' avisan: lo que está pasando ahora en otros lugares, puede pasar pronto en los montes sorianos, porque se están abandonando, igual que la despoblación está amenazando a los pueblos forestales.

Los incendios que han arrasado más de 400.000 hectáreas este mes de agosto en España han colocado en el debate la limpieza de los montes y el abandono del medio rural, como causas del agravamiento de la expansión de los fuegos que se producen.

Soria Noticias ha querido traer a su ‘Charla a 2’ un análisis y una valoración sobre la gestión de los montes de la provincia, que ha despertado un especial interés informativo. Para ello, hemos hablado con la Sociedad Vecinal de Montes de Covaleda y el director de la Asociación Forestal de Soria (ASFOSO), una entidad con una larga trayectoria que se constituyó en 1988. En ese momento, los propietarios privados de monte de la provincia ya entendieron que debían agruparse para gestionar sus terrenos -que resultaban una carga sin beneficio en la mayoría de los casos- de forma colectiva, ya que hacerlo de manera individual resultaba muy dificultoso y costoso.

Según el cuarto Inventario Forestal Nacional (IFN4), del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), la superficie forestal arbolada en la provincia alcanza las 447.000 hectáreas, lo que supone un aumento del 60% desde la década de 1960. Además, el 60% de la superficie de Soria se considera suelo forestal, es decir, más de 620.000 hectáreas.

Soria advierte que el futuro de los bosques depende de equilibrar economía, cuidado ambiental, mantenimiento, limpieza y una adaptación a la realidad social y nuevos hábitos. Pero más allá de lo que se dice fuera de la provincia, vecinos, municipios y propietarios lamentan el abandono presupuestario que se evidencia en la gestión de los montes de utilidad pública y los privados, la caída poblacional y el empobrecimiento socio-económico de los pueblos forestales.

Aunque Soria se ha puesto de ejemplo y modelo de buena gestión forestal, en el debate nacional surgido como consecuencia de la dramática ola de incendios que se han producido durante el mes de agosto en España, “la realidad es que el bosque de Soria, de modelo, tiene ya poco. Solo hay que entrar y ver cómo está de sucio. Se está abandonando mucho. Sí, los vecinos lo cuidan, a su manera, por la suerte de pinos, pero las limpias y desbroces que se hacían antes ya no se hacen. Sirva de ejemplo que para ver los rodales de pinos que se subastan y llegar a ellos, ahora hay que aprovechar los minúsculos caminos que hacen los animales, porque no se puede pasar”.

Lo dice José Antonio Escribano Calonge, que desde los 18 años y hasta su jubilación (tiene 79 años), ha trabajado en los montes de su pueblo, Covaleda, donde “estábamos de manera continua todo el año unas 80 personas, con picos de más de un centenar. Y solo en un pueblo. Entonces sí se mantenía bien el bosque en la comarca. Cuando no tirábamos madera (cortar pinos),.hacíamos desbroces y limpias, amontonábamos las gavillas con los restos para luego quemarlas en invierno, con las heladas, que entonces ya se hacían quemas técnicas o preventivas que se dice ahora. Incluso los estudiantes del pueblo, durante las vacaciones, participaban y trabajaban en el monte. Además, cuando se talaban los pinos, los ramajes de las copas -que dejan los madereros porque no les interesa, aunque ya los han pagado- los recogíamos los vecinos para leña”. Es el combustible que usaban las familias hasta hace pocos años para las llamadas cocinas económicas o las calderas de calefacción.

Hoy no se recoge ya la leña, y el ramaje del pino queda abandonado en el monte, “y esa suciedad repercute también en el incremento de plagas. Antes no se veían bolsas de oruga de procesionaria. Incluso, los guardias forestales las reventaban con disparos de sal cuando las veían. Hoy, la presencia de orugas en algunos lugares es impresionante”. Ahora, se debería obligar al maderero a dejar limpio el monte y recoger los ramajes, tras llevarse los troncos. “Esto sería algo impensable hace algunos años, pero ahora es necesario”, apunta José Antonio, que es miembro de la Sociedad Vecinal de Maderas de Covaleda, una entidad tradicional de los montes comunales y de utilidad pública de Pinares.

“Yo también he vivido esa diferencia entre lo de antes, de hace unas décadas, y lo de ahora. Y quien no lo haya vivido, puede pensar que el monte de Soria es perfecto, sobre todo si se compara con la gestión que se hace en otros territorios y comunidades de España, que están peor que aquí. Eso es cierto. Pero el que ha conocido como se trabajaba antes, sabe que la gestión ahora es peor. Lo que está pasando ahora en otros sitios, es lo que va a pasar en los montes de Soria en pocos años, si no se corrigen algunos aspectos de la gestión forestal, si no cambian las cosas”. Esta es la valoración de Pedro Medrano Ceña, un ingeniero de montes que lleva 30 años de director de la Asociación de Montes de Soria (ASFOSO), que agrupa a propietarios de montes privados, que suponen más del 60% del terreno forestal de Soria.

¿Los montes de Soria son realmente un ejemplo de gestión forestal? | Imagen 1

ESPERANZA POR EL FUTURO

Pero esta ‘Charla a 2’ de Soria Noticias, en la que también han participado el presidente de la Sociedad Vecinal de Covaleda, Mateo García Martínez y otro miembro de la junta, Pedro Antonio Mediavilla Soria, quiere ser “una llamada positiva a la esperanza”. Señalan que, afortunadamente, en Soria aún existe una última generación con conciencia rural y forestal, “que sabe cómo hacer las cosas. Que se puede sentar en un despacho o en un foro para contar y valorar cómo se puede mejorar la gestión de los montes, para pensar en un futuro mejor, lo que es muy importante”.

Pedro Medrano considera que todavía hay un mínimo de tejido empresarial en Soria relacionado con la madera, a pesar de que la mayoría se ha destruido y ha desaparecido. “Quedan aserraderos, maquinaria para arrastrar pinos y gente que, si se le ayuda, aún puede impulsar el sector forestal o crear una cuadrilla de selvicultura porque hay trabajo. Quedan un par, cuando hasta hace poco había una quincena por toda la provincia. El técnico apunta que “al sector forestal le queda todavía mucho por avanzar hasta disponer de un sistema de ayudas o de apoyos estables como tienen otros sectores, como por ejemplo lo referente a las ayudas a la incorporación a la actividad forestal o al relevo de la misma”.

Los contertulios coinciden en que hay que elaborar un plan de incentivos de reconversión para impulsar y financiar lo forestal y la ganadería extensiva, que van de la mano. Las administraciones tienen que “reconectar” a los jóvenes y a los vecinos con el monte, porque esa relación tan vital y estrecha que había antes se ha perdido. “Haciendo que el recurso económico forestal, el principal que hay en la comarca de Pinares, sea un medio de vida. Había una FP de carpintería en Vinuesa que ha desaparecido y se ha llevado a Soria. Un grupo de emprendedores que trabajan ahora salieron de esa formación, recuerdan. “Son ‘lucecitas’ de vida, de servicios y de desarrollo en estos pueblos que se van apagando”, subrayan, mientras insisten en que las administraciones tienen que apoyar e invertir más en el monte (público y privado) y en lo forestal, para que haya un relevo generacional en un sector que carece de unas estructuras bien profesionalizadas, que sí tiene la agricultura y a la que se presta más atención desde las administraciones. El responsable de ASFOSO recuerda que un borrador de Ley de Montes de Socios permanece ‘retenido’ en la Mesa del Congreso sin que se le de salida.

Precisamente, los contertulios han querido dejar claro que rechazan que los incendios y la gestión forestal -que ha saltado a la actualidad informativa ahora- la conviertan en un arma política de confrontación entre los partidos, “cuando debería ser todo lo contrario. Con lo complicado que es lo que tiene que ver con la gestión del monte y la conservación de los pueblos forestales, no puede ser que los políticos los conviertan en una herramienta de enfrentamiento. Que no nos utilicen como argumento de disputa política”. El bosque en Soria no es un ecosistema, es un socioecosistema que tiene una pata económica junto a la medioambiental. Afirman que “somos pueblos y territorios que queremos vivir del recurso forestal. Es nuestro elemento diferencial, frente a otros territorios. Los pueblos forestales de Soria consiguieron evitar la emigración campo-ciudad, ahora no podemos consentir que se vengan abajo”.

“Ahora, los pueblos que más población pierden de la provincia son los forestales. Y no vale decir que las localidades de otras comarcas ya perdieron sus vecinos antes. Si consiguieron mantener ante la emigración campo-ciudad de hace unas décadas, ahora no se puede consentir que se vengan abajo”.

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