UPA Soria se ha reunido este martes con la Subdelegación del Gobierno para solicitar que la vendimia tradicional y familiar, realizada para autoconsumo, sea considerada una excepción en las inspecciones de trabajo. La organización agraria alerta de que el miedo a las sanciones está provocando el abandono de viñedos centenarios y la pérdida de una arraigada costumbre cultural en la Ribera del Duero soriana.
La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) de Soria, junto al resto de organizaciones agrarias provinciales, mantiene este martes una reunión en la Subdelegación del Gobierno para abordar una creciente preocupación en la comarca de la Ribera del Duero. El motivo es el incremento de las inspecciones de trabajo durante la campaña de la vendimia, una situación que, según denuncian, está generando miedo e indefensión entre los viticultores que practican la recolección de forma tradicional y familiar. En plena campaña de recogida de la uva, la organización agraria ha querido poner de manifiesto el grave problema que los pequeños viticultores de la zona llevan arrastrando en los últimos años. La vendimia en la ribera soriana no es solo una actividad económica, sino una cultura muy arraigada que se celebra de manera familiar y festiva para elaborar el conocido como “vino para casa”, destinado exclusivamente al autoconsumo. Esta tradición, que se transmite entre generaciones, forma parte de un ciclo cultural que abarca desde la poda hasta las catas en bodegas familiares durante la Navidad o los concursos de vinos artesanales en primavera. Sin embargo, el temor a las posibles multas derivadas de las inspecciones está poniendo en jaque la continuidad de esta costumbre, que se apoya en la colaboración de miembros familiares y amigos sin que medie contraprestación económica alguna.
Desde UPA Soria explican que, durante los últimos años, los viticultores han recibido inspecciones sin poder justificar en el momento que se trata de una vendimia familiar, cultural y festiva. Esta situación ha provocado una gran incertidumbre en la zona y el miedo a continuar con una tradición que es fundamental para el mantenimiento de un patrimonio natural de alto valor, como es el viñedo centenario y prefiloxérico, con cepas anteriores a 1900, y lagares que datan del siglo XIX. Las consecuencias directas de esta problemática, advierten desde la organización, son ya visibles e irreversibles. El miedo a las sanciones está llevando al arranque de dichos viñedos centenarios, que además de su valor patrimonial actúan como eficaces cortafuegos naturales al estar distribuidos por los términos municipales. Este hecho contribuye también al abandono del medio rural, ya que esta cultura vitivinícola es un factor clave para fijar población en la comarca.
La principal petición que UPA Soria traslada a la Subdelegación del Gobierno y a la Inspección de Trabajo es la necesidad de que se contemplen estas prácticas como excepciones. Solicitan que se establezca un modo de justificar que se está realizando una actividad cultural, familiar y festiva, por la que no se percibe gratificación económica alguna, de forma similar a como ya ocurre en algunas jornadas y fiestas de la vendimia que se celebran en otras localidades. El objetivo, según detallan, es centrar los esfuerzos de las inspecciones de trabajo en las bodegas y explotaciones vitícolas profesionales que sí requieren la contratación de personal ajeno a la explotación. De esta manera, se protegería una costumbre que define la identidad de la Ribera del Duero soriana y se evitaría la pérdida de un legado cultural y medioambiental de incalculable valor.
Únete al universo Soria Noticias Descárgate nuestra APP, entra en nuestro canal de WhatsApp o síguenos en redes.