La carta de Sergio García, director de Soria Noticias.
Ya están aquí las fiestas de San Saturio y Soria se presta, con esa devoción agnóstica que solo consiguen en las sociedades modernas los patrones, y no siempre, para celebrarlo. El programa es continuista y está bien que así lo sea, aunque echo en falta algo de punch. Una guinda en forma de artista potente para el público adulto o figura actual del pop. No deberían ser difícil, léase caro, conseguirlo entre semana en pleno octubre. No solo de DJ y charangas debería vivir unas fiestas, sobre todo porque en Soria estamos acostumbrados a ellas y no suenan a fiestas. Repite, detalle feo este, Puro Relajo, aunque no seré yo el que se queje. Por lo demás, deporte por doquier, cabezudos, parques infantiles, fuegos artificiales… Aquí también hecho en falta alguna novedad, algo llamativo, diferente y que tenga cierto impacto.
Y pasado el patrón nos pondremos en modo electoral. No en vano, el día antes de San Saturio, Carlos Martínez será proclamado oficialmente candidato del PSOE a presidir la Junta. Atrás quedaron los tiempos en que las primarias eran lo más y ahora todo se decide en la trastienda. Detalle preocupante de cómo evoluciona la democracia. Sea como es, con Mínguez en la rampa de salida autonómica, hay tres incógnitas.
La primera es cuándo abandonará la alcaldía. Él es calculadamente ambiguo en sus respuestas. Yo creo que debería dejarlo, como tarde, en el mismo momento en que se convoquen las elecciones. Primero, por una cuestión de imagen y de evitar la acumulación de cargos. Segundo, por lealtad institucional. Ya en estos meses se ha notado su ausencia y Soria merece un alcalde al 100%. Y tercero, por una cuestión política. Un candidato que no suelta su asiento antes de coger el siguiente pocas veces es tomado en serio por la ciudadanía y denota una falta de confianza en sus propias posibilidades.
Más melones. De un lado su propia sucesión en Soria, un proceso que, por imposible, nace ya fracasado. Ana Alegre y Javier Muñoz partirían como la respuesta obvia, con un Eder García demasiado quemado por la gestión de personal. El PSOE tendrá que elegir alcalde para un año largo, con la vista puesta en que sea el próximo candidato. Un regreso de alguno de los dos parlamentarios nacionales a la política municipal no sería descartable, aunque sí sorprendente.
Al otro lado de la acera, haría bien Benito Serrano en ir definiendo si quiere renovar su confianza en el proyecto de Belén Izquierdo o apuesta ya por dar el relevo a su personalísima apuesta Javier Jiménez Santamaría. Decida lo que decida el de Golmayo, las aguas en el PP bajan menos tranquilas de lo que parece, y la posibilidad cierta de recuperar la alcaldía de Soria, muy seguro que abre una lucha encarnizada por los puestos.
De la batalla entre Mínguez y Mañueco, en las antípodas no solo ideológicamente sino en la forma de entender la política y diseñar sus estrategias electorales, hablaremos otro día.
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