Este pueblo de Soria de 1 habitante lucha incansablemente contra la despoblación: 31 personas se unen para construir un centro de teletrabajo

La Asociación Amigos de Sarnago pelea incansablemente por darle un futuro a su pueblo. Aunque en la actualidad apenas reside de forma habitual una persona, la vida cultural y social del pueblo es muy rica con numerosas actividades que multiplican la población, alcanzando cifras inimaginables hace apenas unos años.

Entre las muchas cosas que tienen entre manos, los integrantes de esta agrupación, que cuenta con 287 socios, la mayoría descendientes de Sarnago, están inmersos en la construcción de un centro de teletrabajo con viviendas.

¿En qué consiste el proyecto?

El presidente de la Asociación, José María Carrascosa, explica que la idea surgió con el objetivo de atraer a personas que teletrabajan, a nómadas digitales y a empresas que estén interesadas en organizar simposios. No obstante, muy pronto se dieron cuenta de que debían facilitarles también un alojamiento para que se pudieran quedar a dormir. Por ello, optaron por crear este centro con habitaciones en la planta superior: “Nos llegaron numerosos correos, preguntándonos por las opciones de alojamiento. Hubo interés hasta de gente de Suecia”.

Una vez tuvieron claro el proyecto, lanzaron numerosas iniciativas para recaudar fondos para comprar materiales y empezar la obra: crowfunding (casi 47.000 euros), bizum, apadrinar bigas o venta de productos personalizados. A través de todas estas ideas, consiguieron fondos suficientes para comprar la madera del primer piso: “Ahora los gastos ya son menores porque los trabajos los hacemos nosotros”.

Centrados en el reto que tienen por delante, los integrantes de la Agrupación son los que llevan a cabo las labores de construcción. Convocando varias hacenderas, se reúnen siempre que pueden para ir avanzando en el proyecto. Hasta la fecha ya han llevado a cabo diez encuentros de este tiempo. La última en el día de hoy. En ella, se han dado cita 31 personas, procedentes de Sarnago, de San Pedro Manrique o de Acrijos, entre otros lugares: “No sabemos las que nos faltarán. No es por tiempo ni por ganas. Depende del dinero que vayamos obteniendo”.

A la hora de valorar los plazos, Carrascosa, con total sinceridad, admite que le gustaría terminarlo el año que viene e inaugurarlo con el eclipse de sol. Sin embargo, la realidad es muy diferente, “ya que pienso que finalizaremos en un plazo de cinco años a no ser que llegue un mecenas e invierta los 150.000 euros que nos faltan para concluir el proyecto”.

A la espera de obtener más ingresos para el centro de teletrabajo, la Asociación ya piensa en organizar otras actividades para seguir manteniendo con vida a un pueblo que está dispuesto a plantarle cara a la despoblación.