¿Qué tiene de especial la Subida al Castillo? Nos lo cuenta un soriano imparcial

Ya rugen los motores en Soria. Esta tarde ha arrancado una de las pruebas deportivas más esperadas de las fiestas de San Saturio. Y es que, aunque la competición del domingo es el gran plato fuerte, la XXVI Subida al Castillo comienza con el parque cerrado y todas las verificaciones técnicas y administrativas.

Una treintena de pilotos participa en la prueba organizada por la escudería Automoto Soria. Sobre el papel, la misión no parece descabellada. El objetivo es dar tres pasadas a un circuito de 1,7 kilómetros que arranca en el aparcamiento de caravanas que hay frente a San Saturio y llega hasta el parque del Castillo.

Para los expertos en pruebas automovilísticas no será difícil sospechar que la soriana no es la mejor prueba ni el recorrido más exigente. No obstante, algo bueno tiene que tener para rondar los 30 años de historia. Soria Noticias se ha propuesto descubrir qué es lo que hace especial a la Subida al Castillo y ha hablado con el piloto Cristian Calonge, quien muestra su lado más objetivo para desgranarnos los secretos de la cita.

Bonita, de ciudad y con buen ambiente

Calonge tiene muy claro por qué esta prueba automovilística es fija en el calendario de muchos pilotos. "Resulta muy cómoda para todos y el ambiente es espectacular", apunta en primer lugar. El primer factor diferencial es que el circuito se ubica en plena capital soriana. Es "difícil" encontrar una subida, una carrera con pendiente, con un circuito cercano a un casco urbano, pues la mayoría ascienden montañas o picos emblemáticos por diversas razones.

Esto favorece una mayor presencia de público porque "les ponemos fácil venir a ver una carrera y eso siempre lo agradecen", cuenta el soriano. Para Calonge esto es, sin duda, un premio añadido para los pilotos locales porque "sientes a tus vecinos animándote con toda la fuerza del mundo".

Respecto a las características del circuito, Cristian Calonge no engaña a nadie y reconoce que la carrera soriana es "asequible" y no presenta grandes dificultades. "El comienzo es más rápido y la parte final mucho más técnica, pero la mayoría de pilotos puede afrontarla con garantías", explica. Para él, serían "otro cantar" las bajadas: "El descenso se complicaría mucho, pero bajamos todos juntos neutralizados", cuenta a Soria Noticias.

Esto, que para muchos podría suponer un handicap, Calonge lo transforma en positivo. "Creo que es de las cosas más emocionantes que puedes vivir durante el fin de semana, cada vez que bajamos todos juntos del Castillo se me ponen los pelos de punta, es algo indescriptible", expresa.

El piloto soriano anima a los que están empezando en el mundo del motor a probar suerte con Soria: "Esta prueba resulta perfecta para ellos porque es cómoda, con encanto y te permite probarte". Asegura que él no sale a ganar, sino a disfrutar, pero quizá es este ambiente de fiesta y no tan competitivo lo que hace única y especial a la Subida al Castillo.