Así es el nuevo entrenador del Numancia: “No se calla nada y sabe convencer a los jugadores desde su carácter”

Comienza la etapa de Ángel Rodríguez en el banquillo del Numancia. El técnico leonés llega al combinado soriano con la misión de encauzar el rumbo de un conjunto, concebido para ascender a Primera RFEF, que está teniendo muchos problemas en este arranque de competición. Tras seis jornadas, los rojillos marchan en la novena posición, muy lejos del Deportivo Fabril, líder en solitario del grupo que cuenta todos sus partidos por victorias y que se aleja a diez puntos de los numantinos.

Para liderar este proyecto aterriza un hombre que conoce muy bien Los Pajaritos después de haber defendido la elástica rojilla en la temporada 98/99, curso en el que se consiguió el histórico ascenso a Primera División. Tras retirarse, se adentró en el mundo de los banquillos de la mano de Paco Herrera, acompañándole en varias aventuras en equipos como el Celta de Vigo, el Real Zaragoza o Las Palmas.

Finalmente, en 2020 decidió empezar su carrera en solitario, haciéndose cargo de un Langreo con el que cumplió con los objetivos. Ese buen papel en tierras asturianas llamó la atención de un Toni Otero que lo fichó para un Pontevedra, recién descendido a Segunda RFEF.

¿Cómo lo definen en Pontevedra?

Ángel Rodríguez completó en tierras gallegas su mejor campaña como entrenador. Xurxo Gómez, redactor deportivo de DXP que siguió muy de cerca a ese conjunto, lo recuerda como “un tío con mucho carácter que tenía muy claro como tenía que jugar su equipo”. En esa dirección, destaca que proponía un juego ofensivo, mostrándose valiente con balón, en el que empleaba en muchas ocasiones a dos puntas, “ya que el equipo producía mucho”.

Dentro de ese modelo, el técnico leonés apostaba por unos laterales con vocación ofensiva, extremos que jugaban por dentro y centrocampistas con buen toque de balón. En defensa, “prefería a futbolistas que tuvieran buena salida de balón en vez de centrales que fuesen poderosos en los duelos”.

A la hora de valorar los puntos débiles de ese Pontevedra, Xurxo señala su transición defensiva: “Metía mucha gente delante del balón. Tenían problemas en activación tras perdida, dado que los centrales no eran rápidos al correr hacia atrás”. A pesar de ello, el redactor gallego incide que el equipo era capaz de sacar los partidos adelante “gracias al enorme volumen ofensivo que creaba y al ritmo que tenía con balón”.

Asimismo, también destaca su capacidad para hacer crecer a un combinado que tardó en carburar y que poco a poco se fue acercando en la clasificación a un Unión Adarve que comenzó como un tiro. Finalmente, lo superó, volviendo al tercer escalón del fútbol nacional. Aunque logró el objetivo, no siguió en el cuadro gallego: “Tanto él como el director deportivo tuvieron una fricción con la presidenta. Es un tipo con mucho carácter que no se calla. Si algo le parece mal, lo dice. Sabe implantar su idea desde el carácter”.

Etapa más complicada

Tras estar sin noticias de una posible renovación por el Pontevedra, Ángel Rodríguez se decantó por la oferta de un Hércules que quería volver a Primera RFEF. Aunque finalmente sí que llegó la propuesta pontevedresa, el técnico decidió cambiar de aires y firmar por uno de los proyectos más potentes de la categoría.

Sin embargo, las cosas no salieron del todo bien y tan solo duro 14 encuentros en el banquillo alicantino, consiguiendo una media de un punto por partido; una puntuación que dista mucho de un conjunto que aspira a ascender. Después de esa aventura, la siguiente temporada ficharía en la jornada 4 por un Estepona que se encontraba en descenso, a pesar de contar con una plantilla confeccionada para luchar por subir.

Ángel Rodríguez fue capaz de revivir al equipo, metiéndolo de lleno en la pelea por el ascenso, asentándolo en la zona alta de la tabla. No obstante, tras perder con el Orihuela y caer hasta la sexta posición a cuatro jornadas para finalizar la campaña, la dirección deportiva decidió dar un nuevo cambio de rumbo y prescindir del míster. Esa variación tampoco surgió efecto y los malagueños se quedaron sin fase de ascenso.

Última etapa como entrenador con buenas referencias en Melilla

Su última aventura como entrenador tuvo lugar en la U.D. Melilla durante los últimos partidos de la campaña pasada. El preparador leonés cogió al conjunto melillense en una situación muy complicada en la que trataba de escapar de los puestos de descenso a Tercera RFEF. Tras dos entrenadores, Rodríguez enderezó el rumbo de un equipo al que siguió muy cerca José Pérez, redactor de deportes de ‘El Faro de Melilla’.

“Más que un motivador, fue un gran gestor de grupo. Dio a cada jugador su rol y les brindó confianza, demostrándoles que tenían calidad de sobra para alcanzar la permanencia”, manifiesta. En ese sentido, el periodista recalca que, “aunque no le dio tiempo a realizar grandes cambios tácticos”, apostó por poner en liza un sistema defensivo muy férreo con el que el equipo “ganó muchos enteros”.

Con esos pequeños matices, Ángel Rodríguez obtuvo un muy buen balance de resultados en las últimas siete jornadas de liga con tres victorias, tres empates y tan solo una derrota. En total, consiguió 1,71 puntos por partido, permitiendo a los melillenses militar una campaña más en Segunda RFEF.

A pesar de ese bagaje, el nuevo director deportivo, Rafa Ocaña, decidió prescindir de él para el nuevo proyecto. No obstante, la afición guarda un gran recuerdo de él, “ya que cumplió con la misión para la que fue contratado”.