Quintanilla de Tres Barrios recuperó el pasado 19 de octubre la tradicional pisada de uva, invirtiendo los papeles y convirtiendo a los niños en los protagonistas. La jornada festiva, que rememoraba la antigua fiesta de la Virgen de la Piedra, se completó con una paella popular y una partida de bolos tradicionales, reforzando la convivencia vecinal y la memoria local.
La localidad de Quintanilla de Tres Barrios (municipio de San Esteban de Gormaz) recupera una de sus tradiciones más antiguas con los más pequeños como protagonistas y lo contamos gracias a la inestimable colaboración de Leopoldo Torre García. Los niños del pueblo participaron el pasado 19 de octubre en una jornada de pisada de uva, en una fiesta que también incluyó una paella popular y juegos tradicionales para rememorar las antiguas ‘mosterías’.
La iniciativa busca conmemorar la antigua fiesta local en honor a la Virgen de la Piedra, una celebración que fue sustituida hace más de medio siglo por la del patrón, San Lorenzo. Aquellas festividades de antaño coincidían con la época de la vendimia, un momento de gran actividad en el que los lagares o ‘jaraíces’ bullían de actividad.
Pero en la actualidad los papeles se han revertido para disfrute de todos. Si antes los niños esperaban impacientes con una rebanada de pan a que saliera el primer mosto, ahora han sido ellos los encargados de pisar la uva en los toneles, mientras los mayores observaban la escena.
Los jóvenes participantes se convirtieron en los protagonistas estelares de la jornada. Aunque con cierta aprensión inicial ante la idea de que sus pies quedaran teñidos, los niños se sumergieron en los medio toneles para pisar los racimos. Con música ambiental para amenizar la tarea, pronto el mosto comenzó a fluir bajo sus pies, convirtiendo la actividad en una experiencia novedosa y divertida.
Al finalizar la pisada, los pequeños recibieron refrescos y obsequios como recompensa por su participación en la recuperación de esta costumbre, que busca pasar a los anales de las nuevas recuperaciones tradicionales de la localidad.
La celebración no terminó en los lagares. La jornada continuó con una paella popular elaborada por las mujeres del pueblo, que reunió a los vecinos en un ambiente festivo y de hermandad. La comida sirvió para reponer fuerzas y dar paso a las actividades de la tarde.
Siguiendo con la recuperación de las costumbres locales, se organizó una partida de bolos tradicionales. Este juego, que puso a prueba la puntería de los asistentes, demostró ser una actividad para todos los públicos, ya que los ganadores fueron un hombre y una mujer, reflejando el espíritu de participación conjunta que reinó durante todo el día.
Este evento supone un paso más en la recuperación de las tradiciones de Quintanilla de Tres Barrios, en un momento en que los lagares y ‘jaraicillos’ han caído en desuso. La actividad rememora una época en la que la vendimia marcaba el ritmo de la vida local y los niños participaban activamente, ya que incluso la escuela cerraba sus puertas para que pudieran colaborar.
Esta primera edición de la pisada de uva infantil pretende sentar las bases para que las nuevas generaciones conozcan y valoren el patrimonio cultural de su pueblo, manteniendo viva la esencia de las fiestas populares.
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