Las ruedas, la barra de dirección o la suspensión son las partes que más sufren. “Nosotros hacemos en un año el mantenimiento que le hace durante diez años una persona normal a su coche”, manifiesta uno de los protagonistas del Rally.
Los coches clásicos están de moda. El país acoge a lo largo del año numerosas concentraciones y pruebas que tienen a estos vehículos como protagonistas. Soria no es una excepción. Durante esta semana, la capital acogió la quinta etapa de la Spain Classic Raid, una competición en la que los automóviles, que tienen que tener más de 25 años, recorren España por caminos de tierra.
Pero, ¿Cómo los preparan para resistir a pesar de su antigüedad? Soria Noticias charló con tres participantes que nos explicaron el mantenimiento que llevan a cabo, el dinero que invierten o el cuidado que tienen para conseguir llegar a meta, entre otras muchas cosas.
Procedente del País Vasco, Josu Altuna compitió con un Fiat Panda 4X4 con más de 25 años. Tras correr el año pasado esta prueba, reconoció que es muy importante llevar a cabo las reparaciones pertinentes en los meses previos. En su caso, centró muchos de sus esfuerzos en subir la suspensión.
“Esto hay que hacerlo poco a poco. El coche es mío y de mi socio. El prepara algunas piezas para ir a Marruecos y yo me encargo de otras para conducir en la Spain Classic Raid”, manifestó. A la hora de hablar del precio de este hobby, no escondió que “es muy caro, aunque nosotros somos mecánicos y tan solo pagamos las piezas”. Por poner un ejemplo, este 2025 ha tenido que cambiar los amortiguadores y las rótulas.
Desde Galicia, Ernesto Quintos se ha sumergido en esta aventura con su Volkswagen Golf de motor diésel y 70 caballos del año 1.987. Después de haber participado en cuatro ediciones, hizo hincapié en el dinero que hay que invertir para que el vehículo esté apto: “Le hacemos en un año el mismo mantenimiento que una persona normal le hace en diez”.
En cuanto las piezas más caras, incidió en que, además del motor, la barra de dirección, que puede alcanzar los 400 euros, es lo que más le preocupa. No obstante, es consciente de que es el precio a pagar “si vas a dedicar un coche a medio romperlo”.
Soria también tuvo representación esta prueba. Aunque no nació en la provincia, Agustina Bescos guarda una enorme relación con la capital y con Navalcaballo. Residente en Barcelona, acompaña a su marido, Jordi Linas, en esta experiencia que se toman como unas vacaciones: “Es genial. Pasamos siete días juntos".
Este matrimonio ha hecho una fuerte inversión en su Nissan Patrol de 33 años: “Llenarlo de gasolina cuesta un riñón y parte del otro”. Tras dedicar muchas horas a su vehículo, ambos coinciden que las ruedas son lo más caro. A pesar de ello, no dudarían en repetir una y otra vez esta semana.
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