El “vendehúmos”

Con un propósito claro de intentar hacer que olvidemos las juergas de Ábalos, los locales de lucecitas del suegro, las chistorras del navarro que le guardaba los avales, el juicio a su fiscal general y los enchufes de su familia, ahora nuestro presidente se ha querido ahora colgar la medallita del cambio horario.

No teníamos bastante con el erudito del cambio climático, que desde hace un par de semanas, Sánchez ha querido presentar como algo suyo una propuesta que la Unión Europea ya dirimió hace tiempo en relación a este cambio.

Este viejo tema ya se resolvió a favor de no cambiar la hora ya que no tiene mucho sentido que amanezca en Mallorca a las cuatro de la madrugada en verano o en Galicia a las 10 de la mañana en invierno.

Da exactamente igual… lo que quiere el jefe del Peugeot es que hablemos de cualquier cosa menos de la Caja B de su partido o la reciente metedura de pata con nuestros autónomos.

Sánchez se ha pasado de vender humo creyendo que los españoles somos tan tontos como para no darnos cuenta que el ahínco socialista de desenterrar al dictador Franco cada dos meses, la “barbieflotilla”, el aborto o el cambio horario son una simple y cutre cortina.

Y ahora se ha entregado a la estrategia de cebar a Vox para perjudicar al Partido Popular y excitar de paso el voto del miedo. Se le ha ido la pinza para intentar beneficiarse como partido perseguido por las chistorras y de paso mejorar las encuestas de Abascal; por mucho que eso perjudique a España.

De ahí el empeño tezanista de dar cada vez mejores expectativas electorales a Vox, y también por colocar al sanchismo como referencia única del voto en la izquierda.

Entre humo y humo, con las operaciones en marcha para descabezar a la UCO y controlar a los jueces, creen los estrategas pedristas que hay vida más allá de la próxima cita electoral, si logra aglutinar el grueso del voto zurdo y que Vox supere al PP, en sintonía con lo que sucede en Europa.

Sánchez sabe que solo desde el poder y siguiendo las praxis venezolanas puede aspirar a superar los procedimientos judiciales en curso aunque ello suponga seguir compinchándose con la ayuda del “señor” Pumpido.