No somos gallinas, el oro es latón en muchas casas

Los impuestos son necesarios para pagar los servicios públicos que presta cualquier administración.

La presión fiscal se traduce en términos de renta disponible, y en la actualidad el contribuyente medio destina casi la mitad de sus ingresos a impuestos –hasta mitad de agosto trabajamos para pagarlos-.

Sufrimos un sistema fiscal hipertrofiado que no responde a principios de eficiencia, equidad o neutralidad, sino a la necesidad de financiar también gasto prescindible: lo único imprescindible es proteger la capacidad económica de las familias y la viabilidad de empresas y autónomos.

Y, por supuesto, el Ayuntamiento de Soria también te hace su oportuno “mataleón” para esquilmarte con la excusa de los servicios públicos (súmenle próxima tasa reciclaje y ZBE).

VOX ya ha abierto el debate de la inmigración y la seguridad, urge ahora acometer la discusión impositiva. Y no dejaremos de denunciar el sablazo al ciudadano: no es servicio público dar gratuidad a un festival de música -más de medio millón de euros- ; tampoco unos cines panfletarios; no lo es financiar a dedo asociaciones de amigos cuyos servicios deberían contratarse con publicidad y concurrencia; no lo es financiar sindicatos y partidos políticos; no lo es la publicidad institucional ni la cooperación internacional con ongs afines…el bolsillo del contribuyente no debe pagar despilfarro ni red clientelar.

Los sorianos sufrimos los escasos servicios públicos que recibimos a nivel nacional y autonómico. A nivel municipal tampoco recibimos los casi 900 euros de media que pagamos.

El modelo impositivo de VOX empieza a nivel nacional por bajar el IRPF: los primeros 22.000 euros que ganes no pagan impuestos; hasta los 70.000 pagarías un 15%, después un 25%; con 4 puntos porcentuales de reducción adicional por cada hijo. Una revolución que terminaría en este ayuntamiento bajando progresivamente el IBI y eliminando el gasto dedicado a la obtención del rédito electoral.

Sí, hay una alternativa.