Castilla y León regula la Formación Profesional 'a medida'

La Consejería de Educación publicará en los próximos días en el Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl) una nueva regulación para la oferta de Formación Profesional (FP) modular. Esta normativa establecerá un marco claro y estructurado para los ciclos formativos y cursos de especialización, con el objetivo de adaptarse a las necesidades y ritmo de aprendizaje de cada estudiante.

La iniciativa, que se aplicará tanto en centros docentes públicos como privados de la Comunidad, busca crear una formación 'a medida' que facilite la conciliación con las circunstancias personales y laborales del alumnado. El objetivo principal es favorecer la empleabilidad, permitir la actualización de competencias profesionales y promover la inclusión social.

Según informan desde el departamento que dirige Rocío Lucas, esta nueva norma pretende fortalecer la relación entre los centros educativos y las empresas, mejorando así la eficacia de la formación y su alineación con las demandas reales del mercado de trabajo.

¿En qué consiste la nueva FP modular?

El nuevo modelo se implantará de forma progresiva en Castilla y León. Se priorizarán aquellas ofertas formativas que permitan al alumnado superar los módulos asociados a un certificado profesional completo en un único curso escolar, agilizando así la obtención de cualificaciones.

La regulación especificará de manera detallada los requisitos de acceso y los procedimientos de admisión para los estudiantes que deseen matricularse en esta modalidad. Uno de los puntos clave es que permitirá la matrícula de trabajadores que, aunque cuenten con experiencia en un sector, no cumplen con los requisitos de acceso tradicionales a la Formación Profesional.

Objetivos: empleabilidad e inclusión

La Consejería de Educación confía en que este sistema flexible contribuya a mejorar la inserción laboral de los ciudadanos de la Comunidad. Al adaptar los itinerarios formativos, se facilita que tanto jóvenes como trabajadores en activo puedan adquirir nuevas competencias o reciclar las que ya poseen sin necesidad de cursar un ciclo completo de larga duración.

Los principales beneficios que se esperan de esta regulación son:

• Mejora de la empleabilidad: Al ofrecer una formación más específica y alineada con las empresas.
• Actualización de competencias: Facilita el aprendizaje continuo a lo largo de la vida profesional.
• Inclusión social: Abre la puerta a personas que por diversas circunstancias no podían acceder a la formación reglada.
• Flexibilidad: Permite a cada alumno diseñar un itinerario formativo adaptado a su propio ritmo y disponibilidad.