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Timoteo Arranz, el alcalde de 80 años que también es "jardinero, fontanero y electricista" de su pueblo

Timoteo Arranz, el alcalde de 80 años que también es "jardinero, fontanero y electricista" de su pueblo

Actualizado 10/11/2025 08:02

Se define como un "político no político", pero lleva dos décadas al frente del Ayuntamiento de Liceras. Tiene "mucho tiempo libre" y decidió "dedicárselo a mi pueblo". Cree en el diálogo y el consenso y le crispa la confrontación que se busca desde la esfera nacional. Se enfada cuando se le habla de paracaidistas y confía en encontrar a un sucesor que sea de "mi pueblo" y tenga su entrega.

Este sábado, Timoteo Arranz ha cumplido 80 años. No lo ha celebrado retirado, sino que lo ha hecho rodeado de amigos y como alcalde de Liceras, un cargo en el que, dentro de dos años, completará su sexta legislatura y al que llegó tras una vida laboral en Telefónica, en la que llegó a coordinar a 400 personas.

En una entrevista en exclusiva con Soria Noticias, este veterano regidor, que entró en el ayuntamiento en 2003, ha desgranado una filosofía de gestión basada en la vocación de servicio, el trabajo conjunto y la búsqueda del consenso, una forma de hacer política que choca frontalmente con la polarización que, lamenta, domina la escena nacional.

Media vida dedicada a los demás

Timoteo Arranz regresó a Liceras desde Girona tras una prejubilación a los 53 años. No llegó con la ambición de ser alcalde, pero "tenía tiempo libre" y "ganas de ayudar", dos ingredientes que no suelen pasar desapercibidos. El por aquel entonces primer edil le pidió que le echase una mano y "en 2003 entré al Ayuntamiento como teniente de Alcalde". En 2007, porque "el pueblo me lo pidió", se presentó a alcalde y ganó.

Desde entonces no le pesan los años porque le sostienen sus vecinos. Arranz describe a la gente de Liceras como “ejemplar” y asegura que ese respaldo ha sido la clave de su longevidad política. “Me han apoyado en todas mis decisiones y siempre he estado arropado, si no, no hibiera seguido”, ha confesado.

Es una colaboración activa que ha permitido levantar el pueblo y resulta esencial en localidades pequeñas con recursos limitados. “He sabido inculcar a mi pueblo que nadie te regala nada, que lo que no hagas tú no te lo van a hacer. Si sacas un euro, hay que estirarle, hay que sacarle jugo, y para ello el trabajo lo tienes que hacer tú”, afirma contundente. Y Arranz es el primero en dar ejemplo. Él solo y con sus propias manos poda los árboles de Liceras. Echa una mano a cualquiera porque "un alcalde debe ser también un fontanero, un electricista y un manitas a domicilio", expresa medio en broma medio en serio.

El agua, la gran victoria

A lo largo de más de veinte años en el consistorio, el logro que más enorgullece a Timoteo Arranz ha sido solucionar un problema vital: el agua. “No podíamos beberla porque estaba contaminada por arsénico y, después de una lucha larga y una inversión de medio millón de euros, podemos abrir el grifo tranquilamente", recuerda.

Curiosamente, cuando se le pregunta por su mayor decepción, Arranz se detiene y reflexiona. “Aunque parezca mentira, yo no conozco la decepción en política", asegura. Atribuye esta sensación a que, pese a no conseguir siempre todo lo solicitado, siempre se ha sentido escuchado por las instituciones, “tanto por unos como por los otros”.

La política de pueblo frente a la crispación nacional

Timoteo Arranz es un firme defensor del diálogo y la colaboración por encima de las siglas. Milita en el Partido Popular desde hace casi 40 años, pero eso no le ha impedido forjar buenas relaciones con ediles de otros colores. Pertenece a la Mancomunidad Mío Cid y "tengo buena relación con todos". Este talante contrasta con su visión de la política nacional, que le produce una “mucha pena”. “He vivido la transición y ahora parece que se han perdido el respeto y el mirar por el bien común", lamenta. Le crispa la división y la estrategia de confrontación.

Esa indignación alcanza su punto álgido cuando habla de los “paracaidistas”, candidatos ajenos al municipio que los partidos imponen en las listas. “Ha habido dos legislaturas que se han presentado en Liceras y no han conseguido ni un voto", ha sentenciado con vehemencia. Para Arranz, es un insulto a la inteligencia de los votantes: “En los pueblos no somos analfabetos y queremos que nos gobierne alguien del pueblo, alguien que sienta lo mismo que siento yo, que pise la calle como la piso yo”.

Esa es la persona que Timoteo Arranz pretende encontrar para un futuro a medio plazo. No sabe si continuará otra legislatura más o no, pero es consciente de que el tiempo pasa para todos, también para él mismo. Su gran misión ahora es encontrar un relevo que comparta su misma entrega. Una ilusión que, tras dos décadas, mantiene intacta.

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