Su sucesor como delegado en la entidad, Mario Cubero, se deshace en elogios hacia una persona “que me enseñó todo sobre este mundo”. Con la voz entrecortada, recalca que todos los jugadores que han pasado por el equipo adnamantino lo adoraban: “Ponía solución a cualquier problema”.
La S.D. Almazán está de luto. El club y la localidad adnamantina lloran la pérdida de Benedicto Gonzalo García, directivo y delegado de la entidad durante más de 40 años. “Lo estamos llevando muy mal. Era una persona cercana que estaba para todo lo que hiciera falta”, manifiesta Mario Cubero, actual delegado del equipo de Tercera RFEF.
Considerándolo “mi padre futbolístico”, recuerda que, aunque ya no estaba en el club desde hace unos diez años, seguía bajando a La Arboleda todos los fines de semana hasta hace unos meses. Ahora, tras su fallecimiento, la directiva del conjunto soriano solo piensa en hacerle un homenaje a la altura de su figura: “El próximo fin de semana guardaremos un minuto de silencio, pero tenemos que pensar en algo más. Hay que organizarlo bien porque se lo merecía”.
En ese sentido, Cubero hace hincapié en que el club “era su vida y sentía muchísimo todo lo que ocurría en épocas complicadas”. A ese respecto, recuerda un viaje a Bembibre en el que la S.D. Almazán se jugaba el descenso y en el que, a pesar de todas las adversidades, Benedicto Gonzalo no dudo en acompañar a los suyos.
Además de esos malos momentos, el mítico delegado adnamantino formó parte del pasado más glorioso del equipo, siendo una pieza clave en las fases de ascenso frente a Las Palmas, el Navalcarnero o el Fabril. También vivió noches de gloriosas de Copa del Rey ante el Numancia o el Real Ávila.
Además, tampoco se perdió la eliminatoria copera que midió a la S.D. Almazán frente al Atlético de Madrid en Los Pajaritos en noviembre de 2022: “Aunque ya no estaba dentro del club, era uno más y viajaba con nosotros”. Toda esa vinculación con la escuadra de la villa, le hizo ganarse el cariño de todo el mundo: “No tenía ningún enemigo”. En esa dirección, Cubero, con la voz entrecortada, rememora una celebración del 50 aniversario en la que todos los exjugadores fueron directamente a abrazar a Benedicto: “Cualquier problema que tenían, siempre se los solucionaba. Era la persona que nos unía a todos”.
Precisamente, en aquel festejo en el que se puso en valor las cinco décadas del club, el que fuera directivo de la entidad fue esencial aportando fotografías de todas las épocas: “Es increíble los tesoros con los que contaba”.
En términos más personales, Cubero resalta que fue una persona fundamental para él, “ya que me lo enseñó todo”. Su figura fue clave para que Mario aprendiera a tratar con los árbitros y con los jugadores: “Siempre me acordaré cuando me decía que en los partidos grandes y en los días que eran fiesta en el pueblo tenía que ir elegante. No le valía que fuese con ropa de calle”.
Durante los dos primeros años del actual delegado del equipo, Benedicto no dudo en acompañarle en todos los choques para que no le faltara de nada, adentrándole en este mundo tan apasionante.
Con ese recuerdo, que permanecerá fijo siempre en su mente y en la de todos los adnamantinos, Cubero se despide de una persona sin la que no se entendería el crecimiento de la S.D. Almazán: “Su lema era, el Almazán es más que un club, es una familia”.
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