La Diputación anunció la semana pasada un cambio de rumbo en las políticas de igualdad para frenar el aumento de la violencia machista en los más jóvenes. Hoy se ha podido comprobar el primer paso con un acto que se ha acercado a ellos hablándoles en un idioma que conocen.
En el Palacio Provincial hay varias cosas que son ciertamente mejorables, pero existe un área en la que se está trabajando y se está haciendo bien: los Servicios Sociales. Si el viernes pasado la Diputada Laura Prieto reconocía que habría que replantearse las políticas de igualdad ante un llamativo aumento de los casos de violencia de género entre los más jóvenes, este 25N se ha podido comprobar un giro en la Diputación que va más allá de discursos por días concretos.
Todos los medios de comunicación de la provincia estábamos citados a las 10:30 en el teatro de San Leonardo, donde se ha celebrado el acto central la institución por este día. Una servidora ha estado tentada de tirar de nota de prensa y ahorrarse el viaje hasta Pinares. Ahora agradezco no haberlo hecho.
En un inmueble llamado Juan Yagüe, espacio cultural de un pueblo gobernado por el PP, partido que también dirige la institución de la que dependía directamente el evento, se ha hablado (y cantado) no solo de violencia machista y estereotipos de género, también de abuso infantil, inmigración, precariedad laboral y manipulación informativa, entre otros.
Se ha hecho con base de rap y también a compás (flamenco) gracias a la actuación de Kane y Jaro. Porque la Diputación parece haber entendido que para llegar a los jóvenes hay que ponerse a su nivel, intentar hablar su idioma y acercarse a ellos con propuestas de calidad. Y la que se ha subido al escenario sanleonardino la tenía y ha conseguido el aplauso unánime de todos los presentes, también de un discreto diputado socialista que no podía dejar de mover los pies siguiendo el ritmo de los temas.
Sin censura, sin paternalismos. Dando cabida a las voces masculinas, abriendo un espacio para la reflexión e invitando a los jóvenes a convertirse en agentes de cambio. Porque también se les ha dado a ellos el protagonismo gracias a la representación de la obra 'Érase dos veces, en Pinares'.
Una adaptación de los cuentos clásicos cargada de mensaje y sentido del humor, porque no está de más recordar que una cosa no está reñida con la otra. Y es que para repeler a los jóvenes no hay que hacer grandes esfuerzos, basta con lo que se ha hecho hasta ahora en la mayoría de ocasiones: gestos de importancia, discursos rimbombantes y propuestas culturales que ellos no elegirían nunca.
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