Cuatro presos de la cárcel de Soria y su música del flamenco al trap, protagonistas de un impactante documental

El caracoleño, OVD de moda, el Robo 21 y PRT 45. Son cuatro presos de la cárcel de Soria, pero, sobre todo, son los cuatro músicos protagonistas del documental Las Voces del Silencio. El trabajo narra su historia y su relación con la música en el centro penitenciario de Soria. El caracoleño le da al flamenco, mientras que sus 3 compañeros apuestan por la música más urbana como el rap y el trap.

Los cantantes forman parte de los dos grupos que el proyecto ‘versos libres’ tiene en el centro penitenciario de Soria y a los que acuden regularmente entre 15 y 20 reclusos. Un proyecto social que con un presupuesto de 40.000€ financiado entre el Ayuntamiento de Soria y la obra social la Caixa busca la reinserción social mediante la música. “Las personas que están privadas de libertad deben de tener acceso a la cultura y la creación artística”, señala la concejal Gloria Gonzalo.

Guillermo González Coll, director del documental explica que el caracoleño, OVD de moda, el Robo 21 y PRT 45 han sido elegidos “por sus potentes propuestas musicales y por la pasión que tienen por la música”. Ellos son la punta de lanza, “los que han destacado” del programa dentro de las limitaciones que impone el régimen interno de la cárcel.

González Coll explica que no pueden participar reclusos con delitos de sangre, víctimas concretas o delitos mediáticos. Algunos presos con estos perfiles si participan en el programa versos libres, pero no pueden salir en el documental. Aunque alguno de los protagonistas tiene condenas de hasta 17 años de cárcel tienen delitos “políticamente correctos”.

Aunque en el documental si se habla de “cómo la música puede salvarte” y se reflexiona sobre su experiencia en prisión y cómo ven su vida y su futuro, este trata de alejarse del morbo para centrarse “en su talento y en la música”. De hecho, hasta el minuto 40 no se descubre que los cuatro protagonistas son presos. Solo entonces se descubre lo difícil que es tener talento musical, pero estar en un círculo muy diferente al que se mueve la música.

“Cuando tú estás en la cárcel es porque te han pillado, porque has perdido”, narra con intensidad Guillermo González Coll, una sensación y una realidad que afecta a la autopercepción de uno mismo. Por eso, como este documental “se sienten ganadores porque ven que alguien valora su talento musical”. Un chute de confianza que les demuestra que “pueden hacer cosas diferentes” y ser algo más que presos. “La música puede llevarle a otros sitios”, señala.

El primer sitio al que irán será a los Cines Mercado donde el próximo día 2 de diciembre a partir de las 19:00 se proyectará el documental con varios presos, autoridades y público en general. Después comenzará un recorrido por diferentes festivales, ya fue galardonado en el Certamen de Cortos de la ciudad, y se buscará una plataforma que pueda exhibirlo de una forma más ‘comercial’

En total son 57 minutos, grabados también en parte por otros reclusos y editados íntegramente blanco y negro para “unificarlos y homogenizarlos” y poder centrase así en “lo que les une” que es su historia de amor por la música y un talento que resiste a pesar de las circunstancia permitiéndoles “conocerse a si mismo, gestionar emociones o integrarse en el grupo”