“Esta enfermedad provoca problemas de salud mental, retraso en el lenguaje o falta de tono muscular”, explica la madre del afectado, Susana Alves.
El Centro Social de Ólvega ha acogido un mercadillo navideño muy especial. Todos los vecinos de la zona se han volcado con una iniciativa cuyos fondos irán destinados a la investigación del síndrome 22q11. Los olvegueños son muy conscientes de lo que significa esta enfermedad, ya que su joven vecino, Iker Jiménez Alves, la sufre desde hace años.
Su madre, Susana Alves, no ha podido esconder su agradecimiento hacia una Asociación Cultural ‘Niñas del Moncayo’ que le propuso donar todo del mercadillo para investigar un síndrome que afecta a cuatro personas en la provincia. A la hora de explicar de qué trata, la progenitora ha hecho hincapié en que consiste en una alteración genética producida por deleción o duplicación de la región 11.2 del brazo largo del cromosoma 22, lo que da lugar a una serie de problemas médicos.
Dependiendo del grado de la enfermedad, los afectados pueden sufrir diferentes problemas de salud mental, retraso en el lenguaje o falta de tono muscular: “Suele aparecer siempre en edad temprana. Su incidencia es de dos casos cada 2.000 personas”.
Por ello, Susana Alves pide a toda la sociedad y a los medios públicos que hagan visible esta enfermedad para poder recaudar cada vez más fondo para investigarla. A la hora de referirse a sus vecinos, la madre de Iker recalca su agradecimiento por todo lo que están haciendo. De igual manera, también agradece al Numancia que ayer dejara a Iker hacer el saque de honor del partido ante el Langreo para visibilizar este síndrome en la capital.
El mercadillo olvegueño ha contado con alrededor de 20 puestos artesanos con todo tipo de productos: dulces, miel, adornos navideños… Uno de los más llamativos contaba con galletas decoradas con temática navideña. Sus cocinaras explican que pasaron ayer varias horas por la tarde en la cocina preparando con todo su cariño estos dulces que tanto han triunfado.
Otra de las cosas que ha llamado la atención de los presentes han sido unas velas aromáticas de cera. Asimismo, todos los asistentes han podido participar en diferentes talleres relacionados con crear tu propio árbol de navidad, con el acebo y con cocina navideña innovadora.
En definitiva, todos los presentes se han volcado para apoyar a uno de sus vecinos más queridos y para dar un paso más a la hora de investigar un síndrome cada vez menos desconocido.
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